domingo, 31 de diciembre de 2023

FIESTA DE LA SAGRADA FAMILIA


-Textos:

            -Gn 15, 1-6; 21, 1-3

            -Sal 127, 1b-5

            -Col 3, 12-21

            -Lc 2, 22-40

 “José y María, la madre de Jesús, estaban admirados de lo que se decía del niño”.

Queridas hermanas benedictinas y queridos hermanos todos:

En este domingo inter navideño celebramos la fiesta de la Sagrada Familia. La sagrada familia de Belén y la Fiesta de la familia, de la institución familiar simplemente.

Todos tenemos experiencia de la misión fundamental que tiene la familia, tal como la diseñó Dios creador en el paraíso, y también la institución familiar tal como la enseña la iglesia: Uno con una para siempre y con la voluntad de tener hijos para Dios. Este modo de entender la familia, e intentar vivirla así, cuánto bien ha hecho, y cuánto beneficio aporta a la sociedad dándole estabilidad y capacidad de progreso; y cuánto bien hace a las familias para saber y poder transmitir valores de fe y de moral, valores que humanizan y hacen personas maduras y preparadas para vivir en libertad, en paz y en respeto a los demás.

Pero todos vemos en esta sociedad occidental en la que vivimos, desde cuántos frentes se ataca a este proyecto de familia, que muchos hemos tenido la suerte de vivir, y que muchos también lamentan no haber podido beneficiarse de ella.

Es quizá el primer objetivo que se plantean cuantos quieren, no solo cambiar la sociedad, sino pervertirla y deshacerla.

Dios nos creó por amor y quiere, porque nos ama, este modelo de familia: uno con una para siempre y con la voluntad de educar hijos para Dios.

Y ahora pregunto: ¿Qué motivos tienen en su mente los que hacen todo lo posible  para que la familia basada en la fe en Dios se desmorone desde  la raíz y cuanto antes? Y ¿qué hacemos los que hemos tenido la gracia y el regalo de Dios de nacer y ser bautizados en una familia cristiana? ¿Qué hacemos para conseguir que la familia cristina viva, y sepa vivir conforme a la voluntad de Dios y según el modelo de la familia de Belén y de Nazaret? Hoy los vemos en el evangelio: José y Maria con  el niño en brazos, dándonos ejemplo: Primero lo primero, primero lo de Dios, después, lo que  Dios quiera.

¿Qué hacemos nosotros? Me permito adelantar una respuesta: Creer de verdad en Dios, y no, como hacen algunos, nadando entre dos aguas; dar, ante los hijos y nietos, testimonio de una fe cristiana vivida con convencimiento y con alegría, y mostrando que creer en Dios y cumplir la voluntad de  Dios es el camino para ser verdaderamente felices y para hacer felices a los demás.

Pero san Pablo nos lo dice mejor en la segunda lectura: “Sea vuestro uniforme: la misericordia, la humildad, la dulzura, la comprensión. Sobrellevaos mutuamente y perdonaos, cuando alguno tenga quejas contra otro. El Señor os ha perdonado, haced vosotros lo mismo. Y por encima de todo esto, el amor, que es el ceñidor de la unidad consumada. Así sea.