lunes, 25 de julio de 2022

FESTIVIDAD DE SANTIAGO APÓSTOL

-TEXTOS

Hechos 4,33;5,12.27-33;12,2

Salmo 66,2-3.5.7-8

2Cor 4,7-15

Mt. 20,20-28

 

“Los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con mucho valor”.

 

La fiesta Santiago Apóstol es una gracia y una oportunidad para afianzarnos en la fe y examinar cómo  desarrollamos  y ponemos en práctica nuestra responsabilidad misionera y apostólica.

 Acerquémonos primero a lo que los evangelios nos dicen de este apóstol que tanto influjo beneficioso ha tenido en la Iglesia, y en España particularmente:

Fue el primer apóstol mártir. La liturgia lo llama “amigo de Dios”   porque perteneció, junto con su hermano Juan y con Pedro, al círculo de los íntimos de Jesús. Su misión, sin embargo, no fue la de predicar el Evangelio, como Pedro o Pablo, ni la de escribirlo, como Juan. Su máxima, eficaz y valiosísima aportación  al Reino de Dios y a la misión encomendada por el Señor a los apóstoles fue la de dar la vida por Cristo. “Podéis beber el cáliz que yo he de beber?”, les preguntó un día Jesús a él y a su hermano. Y respondieron: “Podemos”. Y efectivamente, bebió el cáliz del martirio dando la vida como Jesucristo y por Jesucristo.

 

Un ejemplo para todos nosotros en esta sociedad secularizada, que necesita el testimonio de ciudadanos que confiesen su fe con libertad, serenidad y valentía.

 

La segunda nota que pongo ante vuestra consideración es la especial y particular relación del apóstol Santiago con España. La oración colecta se centra en esta relación y  recoge su carácter específico: “Que por su patrocinio, España se mantenga fiel a Cristo hasta el final de los tiempos”. Todos advertimos claramente la oportunidad de esta petición.

 

Observemos el contraste entre dos hechos de  actualidad de los que somos testigos cercanos todos nosotros: El “Camino de Santiago”. Difícilmente se puede constatar un acontecimiento y un hecho histórico más elocuente para demostrar la capacidad de la fe cristiana para crear cultura y unidad entre los pueblos. Los monumentos religiosos que  jalonan todo el Camino, los ríos de gentes de todos los países y mentalidades, están hablando de la fuerza y del espíritu de la fe cristiana para ser fermento, para transformar y dar lugar  a la unidad entre los pueblos y las gentes, y para inspirar una cultura llena de humanidad y de valores que impulsan un progreso verdaderamente humano.

Hemos de ser conscientes de la fuerza salvadora y humanizadora de nuestra fe. En unas circunstancias actuales como las que vivimos, por ejemplo, una propaganda secularizada y pagana que margina y silencia el hecho religioso, en la opinión que flota en el ambiente de la gente, que  considera la religión y la cultura cristiana y católica como un fenómeno pasado de moda, debemos ser conscientes y defender con respeto, pero con claridad, la capacidad humanizadora de la fe cristiana.

 

Desde esta convicción, con libertad, con respeto, pero también con entereza  y alegría, hacer lo que nos cuenta la primera frase de la primera lectura de los Hechos de los Apóstoles que hemos leído: “Los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con mucho valor”.

domingo, 24 de julio de 2022

DOMINGO XVII T.O. (C)

 

-Textos:

            -Ge 18, 20-32

            -Sal 137, 1b-3. 6-8

            -Col 2, 12-14

            -Lc 11, 1-13

Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá”.

Queridas hermanas benedictinas y queridos hermanos todos:

Sin duda, os habrá llamado la atención ese diálogo de Abrahán con Dios. Abrahán que insiste e insiste en pedir, y Dios, que va cediendo, va cediendo, hasta dar a Abrahán lo que pide. Dicen que en Oriente es normal y casi obligatorio regatear el precio de un producto en el mercado.

Esta mañana Jesucristo en el evangelio condesciende con nosotros y nos da una espléndida catequesis sobre la oración de petición.

Primero nos enseña el padrenuestro, la oración que recoge y expresa la esencia de todo lo que Jesús quiere enseñarnos sobre Dios y sobre el Reino de Dios y sobre lo que es esencial en esta vida para cumplir la voluntad de Dios, y alcanzar la salvación eterna.

Pero en la segunda parte de su catequesis, Jesús pone un acento especial en la oración de petición. En un modo de hablar y de enseñar muy oriental también, nos dice: “Os digo a vosotros: pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá”. Jesús es insistente, pero no se cansa y sigue insistiendo: “Porque todo el que pide recibe, y el que  busca halla, y al que llama se le abre”. En el fondo Jesús nos está diciendo que pidamos con fe y confianza, pero sobre todo, que en nuestras peticiones a Dios seamos constantes y perseverantes.

Charles de Foucauld, un santo que pronto, según dicen, va  a ser canonizado dice: “Podemos todo por la oración. Si no recibimos nada es  porque o nos falta fe o no hemos orado bastante, o porque no sería conveniente para nosotros, o porque Dios nos quiere dar algo mejor que lo que pedimos…. Pero pidamos con fe, con insistencia, con constancia, con amor, con buena voluntad…, y estemos seguros que si pedimos así, seremos escuchados, recibiendo la gracia solicitada o una mejor”.

Y  ahora unas breves palabras sobre la “Jornada de los abuelos y de las personas mayores. Es ya el segundo año que el papa lanza esta campaña a toda la Iglesia. Sabéis que el próximo marte, día 26, es la fiesta de san Joaquín y santa Ana. Por eso el papa pone esta Jornada por estas fechas.

El papa lanza su mensaje con este lema: «En la vejez seguirán dando frutos» (Sal 92, v. 15) Este mensaje es una buena noticia, un verdadero “evangelio”, que podemos anunciar al mundo. Esto va a contracorriente respecto a lo que el mundo piensa de esta edad de la vida; y también con respecto a la actitud resignada de algunos de nosotros, ancianos, que siguen adelante con poca esperanza y sin aguardar ya nada del futuro. Pero, en realidad, una larga vida —así enseña la Escritura— es una bendición. Los ancianos son  signos vivientes de la bondad de Dios que concede vida en abundancia. ¡Bendita la casa que cuida a un anciano! ¡Bendita la familia que honra a sus abuelos!

viernes, 22 de julio de 2022

FIESTA DE SANTA MARIA MAGDALENA


-Textos:

            -Cant 3, 1-4

            -Sal 62, 2. 3-4. 5-6. 8-9

            -2 Co 5, 14-17

            -Jn 20, 1-2. 11-18

 

“Buscaba al amor de mi alama: lo busqué y no lo encontré”

Los deseos buenos, qué gracia tan grande!

Mi alma está sedienta de ti, mi alma tiene sed de ti…”. “Como suspira la cierva…”

Principio y fuente de nuestra vocación. Testimonio para el mundo. Porque nos hiciste, Señor para ti…

Pero los deseos pueden apagarse: las experiencias negativas, al caer  el vigor de nuestro cuerpo… Los buenos deseos, hay que alimentarlos y hay que llevarlos a la práctica.

Mª Magdalena: Perseverante en y alentando y alentada por los buenos deseos, sobreponiéndose al desaliento y a las contrariedades…

“¡María”: “Rabboní”

Jesucristo no defrauda los deseos que él mismo ha despertado en nuestro corazón… Pero Jesucristo pide que no nos quedemos  anclados en el encanto de nuestros deseos. Nos pide que estemos abiertos a lo nuevo, a la transformación de nuestros deseos.

“No  anteponer nada al amor de Cristo”: “Nos apremia el amor de Cristo”  ¡Qué gracia tan grande la de san Pablo! “Cristo murió por todos, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para el que  murió y resucitó por nosotros”.

 “Suéltame”: Podemos alcanzar esta gracia, si la pedimos, la meditamos: si estamos dispuestos a aceptar el desgarro de desprendernos permanentemente de nuestros deseos y de nuestras necesidades, y nos vaciamos, y nos dejamos impactar por el amor a Cristo crucificado.

“Anda, ve a mis hermanos”: El deseo de Dios se transforma en amor a Cristo y Cristo crucificado. El amor a Cristo y Cristo crucificado, nos envía al amor a los hermanos.)


domingo, 17 de julio de 2022

DOMINGO XVI T.O. (C)

-Textos:

            -Gn 18, 1-10ª

            -Sal 14, 2-5

            -Col 1, 24-28

            -Lc 10, 38-42

 

“Marta, Marta, andas inquieta y preocupada con muchas cosas; solo una es necesaria”

Queridas hermanas benedictinas y queridos hermanos todos:

+Jesús en casa de Marta y Maria; El evangelista Juan, nos dice que también estaba Lázaro. Jesús  en una casa, en una familia. En medio de una familia. Marta ocupada en preparar la comida, María escuchando la palabra de Jesús, Jesús enseñando, dando criterios.

Pero lo que importa, Jesús en una casa, en un hogar, en una familia. ¿Qué presencia tiene Jesús en nuestra casa? ¿Le invitamos a que entre? ¿Cómo lo hacemos? ¡Dichosa la familia donde se vive, se palpa en el ambiente, se ve y se siente la presencia de Jesús en medio de ella!

Vosotras, queridas hermanas sois muy queridas por el Señor, sois privilegiadas: en vuestra casa, y en la estancia más importante, tenéis a Jesús, al Señor, no solo de visita, sino en presencia permanente. Presencia real y permanente.

Quizás algunos o muchos de los que estamos aquí guardamos en la memoria, o incluso en el presente, signos, acontecimientos, hechos que visibilizan la presencia de Dios, de Jesucristo o de la Virgen Maria en el seno de nuestra familia, en nuestra casa. El rosario, la lectura de la Palabra de Dios de cada día; el crucifijo presidiendo la habitación, la imagen de la Virgen en la mesilla. Signos religiosos que hacen pensar que Jesús, el Señor del cielo y de la tierra, vencedor de la muerte y del pecado, es huésped presente en nuestra casa, lo hemos invitado y está con nosotros, en familia. Como en casa de Marta María y Lázaro.

¿Qué podemos hacer para que esta costumbre tan cristiana, continúe y siga viva entre nosotros?

Y ahora, con brevedad, vengamos a ver y escuchar  la conversación de Jesús con Marta y lo qué dice de María. A Marta que andaba muy afanada con muchos servicios, no le dice que no sirva, le dice: “Andas inquieta con muchas cosas; sólo una es necesaria”. Y refiriéndose a María, que estaba a los pies de Jesús, y escuchaba su palabra, dice: “María ha escogido la parte mejor, y no le será quitada”.

Jesús, no reprocha a Marta, porque  se cuida del servicio y de atender a Jesús, el huésped amigo. Recordad el domingo pasado, Jesús nos propone la ejemplar hospitalidad del Buen Samaritano y nos interpela a todos con aquella frase: “Haz tú lo mismo”-.  Jesús a Marta le  reprocha que se deje dominar por el agobio, el afán de los muchos servicios, en definitiva, el activismo. Activismo que le lleva a dejar de lado, o para más tarde, lo principal, que es escuchar a Jesús, escuchar su palabra; que es, por cierto, el mejor obsequio y la mejor manera de recibirlo como huésped.

Una pregunta para terminar: ¿Qué centralidad ocupa en mi vida escuchar la palabra de Dios? Sentarme con él, en casa, en la iglesia, en el campo…

Escuchar a Jesús es acoger a Jesús, comulgar con él.

domingo, 10 de julio de 2022

DOMINGO XV T.O. (C)

-Textos:

            -Dt. 30, 10-14

            -Sal 68, 14. 17.30-31. 33-34. 36ab. 37

            -Col 1, 15-20

            -Lc 10, 25-37

 

“¿Quién es mi prójimo?” ¿”Cuál de estos tres te parece que ha sido prójimo del que cayó en manos de los bandidos?

Queridas hermanas benedictinas y queridos hermanos todos:

Hoy domingo de verano y domingo de “sanfermines”. No sé si los veraneantes, y los viajeros y los que llevan ya tres días viviendo las fiestas en Pamplona estarán en disposición de meditar  la parábola del “Buen Samaritano” que nos propone el evangelio.

Me permito poner de relieve dos frases: El maestro de la ley pregunta: “¿Quién es mi prójimo?”. Pero Jesús, al final del diálogo, vuelve la pregunta al revés: “¿Cuál ha sido prójimo del que cayó en manos de los bandidos?

Sin duda, a nosotros nos tiene que importar, como al maestro de la ley, saber quién y quienes son los prójimos necesitados, caídos en las cunetas y en los márgenes de nuestra sociedad, a los cuales debemos amar, y atender eficazmente, generosamente, como hace el buen samaritano.

 Pero, además, tenemos que estar muy atentos e interesados en lo que pregunta Jesús al maestro de la ley, y hoy a nosotros: ¿Cuál ha sido prójimo del que cayó en manos de los bandidos?  De otra manera, ¿quién de los tres que vieron al herido se ha hecho prójimo, se ha aproximado,  acercado y dedicado a socorrer a este necesitado?

Jesús nos pide que nos hagamos prójimos de nuestros prójimos; especialmente, si son prójimos necesitados, incapaces de valerse por sí mismos para sobrevivir. Jesús nos pide que, lejos de excusarnos, o de hacernos los desentendidos, lejos de eludir la molestia o el sacrificio de alterar nuestro propio plan, sepamos compadecernos, y nos acerquemos, nos aproximemos, seamos misericordiosos, y nos hagamos prójimos de los necesitados que hemos encontrado en el camino, y a los que podemos ayudar de una u otra manera.

Jesús  en su vida pública nos da ejemplo: él, en el camino hacia Jericó,  se salió de la comitiva y se acercó al ciego para devolverle la vista, él paró el féretro y devolvió  a la vida al hijo único de una viuda, él ve al paralítico en la piscina, habla con él y lo cura. El Buen Samaritano de la parábola es el retrato mismo de Jesús.

La eucaristía es el mejor reconstituyente, la mejor medicina,  con que Jesús, como Buen Samaritano, prepara para nuestra fe débil y nuestro amor timorato. Jesús, en la eucaristía, pone nuestro corazón en fiesta, y nos dispone para escuchar su palabra y transformarnos en testigos alegres y valientes del evangelio.

 

domingo, 3 de julio de 2022

DOMINGO XIV T.O. (c)

 

-Textos:

            -Is 66, 10-14c

            -Sal 65, 1b-3a. 4-7a. 16. 20

            -Ga 6, 14-18

            -Lc 10, 1-12. 17-20

 

¡Poneos en camino! Mirad que os envío como corderos en medio de lobos.

Queridas hermanas benedictinas y queridos hermanos todos:

Primer domingo del mes de Julio. Mucha gente está pensando en los sanfermines, o en emprender el viaje para pasar un tiempo de vacaciones. También tendremos prójimos y hermanos nuestros que no disfrutaran plenamente de los sanfermines y que no irán de vacaciones porque el encarecimiento de la vida está tan agudo y tan acelerado que tienen forzosamente que pensar solo en sobrevivir.

En estas circunstancias, ¿estamos nosotros dispuestos a escuchar y poner en práctica el mensaje y la tarea que nos propone hoy la Palabra de Dios?

“Poneos en camino”. Esta es la consigna. Podríamos interpretarla como una invitación a coger el coche y salir de vacaciones. Pero nos está llamando a anunciar el Reino de Dios. Y nos llama a todos su discípulos, a todos los bautizados, seglares, casados y solteros, sacerdotes, religiosos, contemplativos, consagrados, a todos.

Esta llamada universal queda patente cuando escucha en el evangelio que Jesús “designó a otros setenta y dos, y los mandó, de dos en dos, a todos los pueblos”. El número “setenta y dos”, según los conocimientos del antiguo pueblo de Israel era el número total de países que poblaban el mundo entero. Jesús al elegir a setenta y dos quiere decir que está mandando a todos sus discípulos, no sólo a los Doce, y  a todo el mundo, no solo a Israel.

La consecuencia clara para nosotros es que Jesucristo y el mensaje del Reino que él predica quiere expresamente que llegue a todo el mundo y que sea anunciado por todos sus discípulos: “Se me ha dado pleno poder en el cielo y en la tierra, id por todo el mundo y anunciad el evangelio…”

No sé queridos hermanos, si al inicio del verano y en ambiente “sanferminero” estamos dispuestos a acoger en serio el mensaje de Jesús que nos llama apremiantemente a anunciar el evangelio. La excusa nos viene a la boca: “Que pasen la vacaciones y que pase el verano, y ya hablaremos del tema”.

No vale la excusa: Anunciar el evangelio en estas circunstancias puede ser algo tan básico y elemental como “ser cristiano y portarme como cristiano con toda libertad y toda naturalidad, allí donde me encuentre”. La diversión, el esparcimiento y el descanso no significan dar de vacaciones al mandamiento supremo de amar a Dios y al prójimo como a mí mismo. Porque una consigna tan esencial puede ser la clave para que tanto las vacaciones como los “sanfermines”, sean de verdad salud, descanso y esparcimiento. Ejercitarse en el amor es sin duda alguna el ejercicio que más descansa y pacifica a la persona.  

Es la clave también para que aquellos que no pueden disfrutar de vacaciones y fiestas puedan realmente sentir que, a pesar de los vaivenes y disgustos de la economía, “ser cristiano y portarme como cristiano con libertad y naturalidad” da paz y alegría a uno mismo, y es un testimonio de fe ante los demás.