Nuestra historia

ORÍGENES DEL MONASTERIO DE SAN CRISTÓBAL EN LEYRE

Los orígenes de esta comunidad se remontan al monasterio de San Cristóbal, emplazado a poca distancia de San Salvador de Leyre, Navarra, con el que formaba el monasterio “duplice”, tan frecuente en el medioevo.
Es difícil precisar cuándo se fundó el monasterio de San Cristóbal, pudo tener como el de los monjes una gran antigüedad. Recientemente se ha dado a conocer un manuscrito “Libellus a regula Sancti Benedicti subtractus”, por el profesor Linaje Conde. Se trata de un documento del año 976 copiado por el presbítero Eneco Garseani desde el escritorio de Leyre, preparado para el grupo de monjas de San Cristóbal que fundan un monasterio bajo la advocación de las Santas Nunilo y Alodia en las cercanías de Nájera, La Rioja.
Según las crónicas, en el S.XII el monasterio de San Cristóbal vive una etapa floreciente; al final del siglo pertenece a la circunscripción cluniaciense de España (“Los monjes españoles en la Edad Media” Pérez de Urbel, t. II, pág. 433).
Las crisis y luchas por las que atraviesa la Abadía masculina repercuten en las monjas, hasta el punto de que en 1402, una vez instalados los cistercienses en Leyre se desligan de ellos y pasan a integrar la Provincia Tarraconense. Sin embargo, la situación debía de seguir precaria ya que en el 1450 las monjas benedictinas de San Cristóbal abandonan el cenobio de Leyre y se instalan en Lisabe, cerca de Lumbier. Al nuevo Monasterio se le da la advocación de Santa Mª Magdalena.

MONASTERIO DE SANTA MARÍA MAGDALENA EN LISABE - LUMBIER

En Lisabe

La pequeña comunidad de San Cristóbal de Leyre con la abadesa doña Blanca Ruiz de Aibar, una vez otorgada la petición de traslado dirigida al Capítulo General de la Provincia Tarraconense, se mudan al
monasterio de Santa Mª Magdalena de Lisabe, situada entre las heredades de aquel monasterio en el término de Lumbier.
Pero Lisabe no era un lugar muy confortable. Un documento de 1576, a raiz de una visita, describe así el inhóspito monasterio de Santa Mª Magdalena: “las monjas viven extramuros, en un antiguo monasterio,
apartado de toda vivienda de hombres, en un lugar completamente solitario, de frío riguroso, donde no da nunca el sol, y a nuestro parecer este antro es completamente inapropiado para la vivienda de la abadesa y de las monjas a quienes hemos visitado…” (Arch. Gen. Navarra. Docts. Benedct. Lumbier, n. 51).

En Lumbier

Las malas condiciones de la zona y las disposiciones del Concilio de Trento sobre el emplazamiento en lugar poblado de los monasterios femeninos, obligó a un nuevo traslado en 1576 y esta vez en la misma villa de Lumbier. Doña Magdalena de Solchaga busca en Lumbier alguna casa donde poder trasladar la comunidad compuesta de nueve miembros. Pero, la comunidad de benedictinas no se instala definitivamente en Lumbier hasta el año1593, ya que en este intervalo de tiempo hasta la construcción del Monasterio, se acomodaron en Santa Cruz de la Serós, Jaca. Desde allí vuelve la diminuta comunidad al Monasterio de Santa Magdalena de Lumbier.
Ya en época contemporánea, a raíz de las guerras y leyes desamortizadoras, la comunidad se vio forzada a abandonar el lugar durante algún tiempo. En el año 1794, la comunidad se retiró a Pintano de Aragón en donde permaneció un año; más tarde, en el 1835 de nuevo las monjas se vieron obligadas a abandonar el Monasterio. Esta vez se refugiaron en una casa del pueblo, durante cinco años.
A mediados del siglo pasado, en el año 1941, el Monasterio abre sus puertas para acoger fraternalmente a la comunidad de benedictinas de Fontevraud (Francia), instaladas en Vera e integrada por siete miembros. En el año 1991, la comunidad de benedictinas deja Lumbier por causa del deterioro del Monasterio y se traslada a Alzuza, en las cercanías de Pamplona.
La comunidad de monjas benedictinas de Santa Mª Magdalena de Alzuza pertenece a la Federación “Claustral-Pirenaica” de España.