domingo, 22 de septiembre de 2019

DOMINGO XXV T.O. (C)


-Textos:

       -Am 8, 4-7
       -Sal 112, 1b-2. 4-8
       -1 Tim 2, 1-8
       -Lc 16, 1-13

Los hijos de este mundo son más astutos con su gente que los hijos de la luz”.

Queridas hermanas benedictinas y queridos hermanos todos:

De la parábola del administrador astuto y tramposo que acabamos de escuchar en el evangelio de hoy no hemos de quedarnos con la parábola, sino con las enseñanzas que Jesús quiere darnos a propósito de esa parábola.

Una es justamente la última frase de este evangelio: “No podéis servir a Dios y al dinero”. Pero yo voy a fijarme en otra: -“Los hijos de este mundo son más astutos con su gente que los hijos de la luz”.¿Qué sentido tiene este reproche de Jesús?

Jesucristo viene a decirnos: Vosotros, mis discípulos, a la hora de transmitir la fe en mí y de propagar el evangelio, debéis ser tan buenos comunicadores, tan hábiles y tan convincentes, como son astutos para ganar dinero y salir adelante los paganos que andan en negocios de este mundo.

Debemos ser humildes y aceptar el reproche de Jesús: “Los hijos de este mundo son más astutos con su gente que los hijos de la luz”.

No podemos quedarnos en lamentos pesimistas y nostalgias del pasado. Los cristianos somos más que nunca necesarios en una sociedad que está intentando prescindir de Dios, y cada vez se siente más desorientada e insatisfecha. Jesucristo es “el camino, y la verdad y la vida”, sólo él tiene palabras de vida plena, verdadera y eterna.

Nuestro papa Francisco ha lanzado al mundo católico una campaña para hacer del próximo mes de octubre un mes especialísimamente misionero. El papa nos ha dicho: “He pedido a toda la Iglesia que durante el mes de octubre de 2019 se viva un tiempo misionero extraordinario, para conmemorar el centenario de la promulgación de la Carta apostólica Maximum illud del Papa Benedicto XV (30 noviembre 1919).

Id por todo el mundo y anunciad el evangelio a todas las gentes”, nos dice el papa, y lo motiva de esta manera: “Es un mandato que nos toca de cerca a cada uno: yo soy siempre una misión; tú eres siempre una misión; todo bautizado y bautizada es una misión. Quien ama se pone en movimiento, sale de sí mismo, es atraído y atrae, se da al otro y teje relaciones que generan vida. Para el amor de Dios nadie es inútil e insignificante. Cada uno de nosotros es una misión en el mundo porque es fruto del amor de Dios”.

Nuestro arzobispo Francisco, al ser presidente de la comisión Episcopal de Misiones, está especialmente comprometido en esta campaña del papa, y estos días viaja por toda España animando la campaña. Él va diciendo que "ser misionero está en el corazón mismo de la fe de cada bautizado". Por ello, ha llamado a "cultivar el encuentro con Cristo; porque sólo así la evangelización encontrará la verdad, la fuerza y la convicción que necesita".

Hermanos y hermanas: Mes de octubre, mes misionero: una oportunidad para demostrar que “los hijos de las tinieblas no son más astutos que los hijos de la luz” a la hora de comunicar el evangelio y transmitir la fe.