sábado, 3 de diciembre de 2022

FIESTA DE SAN FRANCISCO JAVIER

-Textos:

            -Is 5, 7-10

            -Sal 95

            -1 Co 9, 16-19. 22-23

            -Mt 28, 16-20

 “Id y haced discípulos de todos los pueblos”.

 

Queridas hermanas benedictinas y queridos hermanos todos:

 

Celebramos la fiesta de nuestro paisano navarro San Francisco Javier, patrón de las misiones de la Iglesia Católica, Junto con Santa Teresa del Niño Jesús, patrón también de Navarra.

Sería provechoso para nosotros preguntarnos  por qué tenemos devoción a San Francisco Javier. Quizás hay alguno entre nosotros que ha estado en las misiones o tentado a ir a las misiones. En este caso, sin duda, habrá rezado a nuestro santo y habrá meditado muchas veces el ejemplo de vida que para ser buen misionero le ofrece San Francisco Javier.

No me cabe duda de que también algunas de vosotras, hermanas benedictinas, desde vuestra vocación contemplativa habréis sentido la llamada a orar por las misiones y por los misioneros y misioneras, urgidas por el ejemplo y las cartas que conocemos de San Francisco Javier, que tanto han contribuido a despertar el espíritu misionero que todos tenemos que ejercitar desde nuestra vocación de bautizados cristianos.

Pero aún aceptado estos casos, creo que tiene sentido que todos nos hagamos esta pregunta: ¿Por qué tenemos devoción a San Francisco Javier? Sin duda, encontraremos en nosotros motivos limpios, como por ejemplo, porque nos despierta y estimula el acordarnos de las misiones y de los que están trabajando en esos territorios. Pero sin duda, también que encontraremos en nuestro interior motivos menos limpios, mezclados con el orgullo y la autosatisfacción de tener un navarro tan famoso y universal, tan apasionadamente entregado a la causa de Cristo y de su evangelio, en la que él creía, y tan valiente y esforzado para recorrer con tantos riesgo puertos y mares desconocidos y desconocedores de Dios y de la fe católica.

Estos motivos acertados y justificados pueden dar lugar  a que admiremos a san  Francisco Javier, pero que no nos sintamos  comprometidos a imitarlo. San Francisco Javier admirado pero no imitado.

Conviene, por eso, que estas mañana y ante la palabra de Dios que hemos escuchado ahondemos en nuestras peguntas. Por ejemplo: San Pablo nos dice en  la segunda lectura: ”El hacho de predicar no es para mí motivo de soberbia. No tengo más remedio y, ¡ay de mí si no anuncio el evangelio! San Francisco Javier no puede pasar  sin anunciar el evangelio,… y nosotros quizás callamos nuestra fe, por no desentonar de lo que se está hablando u opinando en la conversación en la que participo. En la primer lectura, el profeta Isaías grita: “! Qué hermosos sobre los montes los pies del mensajero que anuncia la paz y trae la buena noticia (el evangelio)! Y muchos de nosotros callando en la calle, en el trabajo o entre amigos callando mi parecer cristiano o lo que enseña la fe católica por no “desentonar”, pecando de omisión.

Y vamos al evangelio: “Id y haced  discípulos de todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu  Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que  os he mandado”.

Este mandato de Jesús, sin duda alguna explica las razones profundas y verdaderas que explican las hazañas y la grandeza de la personalidad de nuestro santo San Francisco Javier. Pero advirtamos que estas palabras no se las dijo Jesús solo a San Francisco de Javier, sino a todos nosotros y a cada uno de los bautizados.

Pero, para poder quedar bien dispuestos y en paz, oigamos también las últimas palabra que Jesús dijo  a San Francisco Javier y a todos nosotros: “Sabed que yo estoy con  vosotros, todos los días, hasta el fin del mundo”.