sábado, 16 de abril de 2022

VIGILIA PASCUAL

-Textos:

            -Ro 6, 3-11

            -Lc 24, 1-12

“¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí, ha resucitado”

 Queridas hermanas benedictinas y queridos hermanos todos:

-“¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí, ha resucitado”

¡Cuántas gracias tenemos que dar a Dios por poder vivir y participar un año más esta noche santa, noche de luz y de vida, en la que se hace presente el acontecimiento que cambia el rumbo de la historia, revela el amor y la fidelidad infinita de Dios, y abre horizontes de esperanza a los hombres: ¡Jesucristo vive! Ha resucitado, ha vencido a la muerte y al pecado.  La noticia de su resurrección resuena  esta noche en nuestros oídos provocando la fe, la esperanza, el amor, las ganas de vivir y las ansias de salir al encuentro de nuestros hermanos para comunicarles la alegría que nos invade a nosotros.

Eran María Magdalena, Juana y María la de Santiago,  apenadas iban a embalsamar un cadáver, al encontrar el sepulcro vacío quedan desconcertadas, no saben qué pensar. Lo que  menos se les ocurre es pensar que ha resucitado. Tienen  que venir dos varones refulgentes de luz, son dos ángeles, absolutamente creíbles, porque comunican lo que Dios mismo quiere comunicar a ellas y al mundo entero a través de ellas: ¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí, ha resucitado”.

Ni se si nos damos cuenta del alcance inmenso, yo diría, infinito, que supone esta noticia que se proclama esta noche aquí con la misma novedad y fuerza renovadora que llegó  a las santas mujeres hace dos mil veintidós años.

Para ellas, todo, todo cuanto de ilusiones y proyectos habían forjado en Jesús, volvía a tener sentido, pero es que, sobre todo, para todo el mundo quedaba  patente todo lo que supone creer en Jesús, muerto, si, pero resucitado para siempre. Hay un nuevo sentido para la fe en Jesús. Jesús no es el fracasado, vencido y muerto, es el vencedor, el que vive para siempre. Dios Padre salido  fiador de su Hijo,  le ha dado la razón, ha rubricado  plenamente su vida, su mensaje, y su modo de relacionarse  en todo y con todos.

Que Jesús ha resucitado quiere decir también que hay una nueva, verdadera y firme esperanza de que el Reino de Dios anunciado por él llegará a buen término, que la promesa de enviar al Espíritu hecha por él se hará efectiva. Hombres y mujeres que  crean en Jesucristo muerto y resucitado, por la fuerza de este Espíritu, en el bautismo, recibirán la gracia de ser Hijos adoptivos de Dios.  En ellos prenderá ya en esta vida la semilla de la vida eterna, que irá creciendo alimentada por la práctica del amor, la verdad, la justicia, la paz, el perdón  y la misericordia con todos especialmente con los pobres y los que no llegan al conocimiento de Dios.

Ahora comprendemos mejor la gracia de vivir esta noche iluminada por la buena notica que los ángeles, Dios mismo, nos dio a través de las santas mujeres.

Gracia y noticia que nos ofrecen la oportunidad de renovar nuestro bautismo, ahora mejor conocido y más sinceramente agradecido.

Buenas noticias de las tres santas mujeres.