domingo, 11 de julio de 2021

DOMINGO XV: FESTIVIDAD DE SAN BENITO

-Textos:

            -Prov 2, 1-9

            -Sal 33, 2-11

            -Ef 4, 1-6

            -Mt 5, 1-12

 Queridas hermanas benedictinas y queridos hermanos todos:

Hoy, domingo, es también la fiesta de San Benito, Padre de las benedictinas y benedictinos y Patrono de Europa. Al hallarnos en un monasterio benedictino, prevalece la importancia de la fiesta de San Benito, sobre en la celebración del domingo, día del Señor.

Leo literalmente lo que el misal  dice como introducción a esta fiesta:

“Celebramos hoy la fiesta de San Benito, abad, patrono de Europa, que nació en Nursia (Italia), abrazó la vida eremítica en la región de Subiaco, donde pronto se vio rodeado de muchos discípulos.

Pasado un tiempo se trasladó a Casino, donde fundó el célebre monasterio y escribió una Regla, que se propagó de tal modo por todas partes, que por ella ha merecido ser llamado “Patriarca de los monjes de Occidente”. Murió, según la tradición el 21 de Marzo del año 547.

El papa Pablo VI lo proclamó Patrono de Europa, teniendo en cuenta que los monjes benedictinos, durante siglos, llevaron a cabo la silenciosa  y paciente tarea de la evangelización de los pueblos bárbaros, que en su día se asentaron en  la Europa Occidental.

Con el evangelio, supieron llevarles   también la cultura  en todas sus dimensiones: desde el cultivo del campo, la agricultura, hasta las letras escuelas y universidades, y la convivencia ciudadana, es decir, una comunión de pensamiento y de valores morales.

Permitidme ahora una breve consideración sacada de las lecturas de la misa que estamos celebrando:

Hemos escuchado en la primera lectura: “Hijo mío, si prestas oído a la sabiduría…”. La sabiduría es el arte de saber vivir, de vivir bien con Dios y con el prójimo.

¿Y qué podemos hacer para vivir bien y según Dios? San Pablo, en la segunda lectura nos propone: “Os ruego que andéis como  pide la vocación a la que habéis sido convocados: Sed siempre humildes y amables, sed comprensivos, sobrellevaos mutuamente con amor.

Y para poder cumplir un programa tan hermoso y tan convincente, San Pablo nos recuerda que todos los que creemos en Jesús y hemos recibido la vocación bautismal formamos un solo Cuerpo, tenemos un mismo Espíritu y participamos de una misma esperanza. Dice literalmente: “Un Señor, una fe, y un bautismo. Un Dios, Padre de todos, que está sobre todos, actúa por medio de todos y está en todos”.

Este es el espíritu, la filosofía y la manera de entender la vida que han propagado y vienen propagando los benedictinos y las benedictinas por toda Europa y por el mundo entero.

Agradezcamos su testimonio, roguemos por ellos, especialmente por esta comunidad que nos acoge, y pongamos en práctica sus enseñanzas.