Salmo 97 (96)

Todos los pueblos
contemplan su gloria.
Himno a Yahvé rey.

Tema


El tema de este salmo es la manifestación, la  teofanía de Dios, con todas sus consecuencias. Se ha manifestado Dios, y trae consigo la victoria. Ha llegado la salvación. Parece que este salmo tiene en cuenta la actuación de Dios al sacar a su pueblo del destierro de Babilonia. Allí manifestó Dios su soberanía, su realeza, como si fuera una renovación del mundo entero, como el comienzo del reinado de Dios que los profetas anunciaron para el fin de los tiempos. Toda la humanidad ha sentido esa emoción ante la presencia de Dios: Los montes se han derretido (5), el firmamento pregona la justicia de Dios (6), los que adoran estatuas se sonrojan (7), Sión se alegra (8), se regocijan las ciudades de Judá (8). Así ha colocado el salmista a la humanidad entera alabando a Dios Rey. Hoy debemos rezar este salmo a la luz del reinado de Cristo.
  1: Confiesa la realeza de Dios. Todo el mundo debe alegrarse, uniéndose a los israelitas.
  2-5: Manifestación de Dios. Emplea imágenes de la antigüedad. Ver Ex 19, 16-20; Sal 17, 8-17.
  6-9: Las consecuencias que ha tenido para la humanidad la manifestación de Dios.
10-12: Los dones que ha traído Dios para la humanidad.

Salmo


  1 El Señor reina, la tierra goza,
     se alegran las islas innumerables.

  2 Tiniebla y Nube lo rodean,
     Justicia y Derecho sostienen su trono.

  3 Delante de él avanza fuego
     abrasando en torno a los enemigos;

  4 sus relámpagos deslumbran el orbe,
     y viéndolos, la tierra se estremece;

  5 los montes se derritan como cera
     ante el dueño de toda la tierra.

  6 Los cielos pregonan su justicia
     y todos los pueblos contemplan su gloria;

  7 los que adoran estatuas se sonrojan,
     y los que ponen su orgullo en los ídolos.
     Ante él se postran todos los dioses:

  8 lo oye Sión y se alegra.
     Se regocijan las ciudades de Judá
     por tus sentencias, Señor;

  9 porque tú eres, Señor,
     altísimo sobre toda la tierra,
     encumbrado sobre todos los dioses.

10 El Señor ama al que aborrece el mal,
     protege la vida de sus fieles
     y los libra de los malvados.

11 Amanece la luz para el justo,
     y la alegría para los rectos de corazón.

12 Alegraos, justos, con el Señor,
     celebrad su santo nombre.

Palabras clave


- Realeza: El Señor reina (1), trono (2), altísimo sobre toda la tierra (9).
- Los frutos de la venida de Dios: El Señor los ama (10), protege la vida de sus fieles (10), los libra de los malvados (10), amanece la luz para el justo (11), la alegría para los rectos de corazón (11).
- Acción de gracias: Alegraos con el Señor (12), celebrad su santo nombre (12).

La luz del Nuevo Testamento


“Si yo echo los demonios con el dedo de Dios, señal de que el reinado de Dios os ha dado alcance” (Lc 11, 20).
“Yo soy la luz del mundo: el que me sigue no andará en tinieblas, tendrá la luz de la vida” (Jn 8, 12)
Entonces brillará en el cielo la señal de este Hombre; y todas las razas de la tierra se golpearán el pecho viendo venir a este Hombre sobre las nubes con gran poder y majestad” (Mt 24, 30)

Oración


Señor, que se alegre la tierra entera,
porque la luz de Cristo ha iluminado al mundo entero.
Gracias a ti, Señor,
porque nos has hecho herederos del reino de los cielos.
Protege a los que somos caminantes
de las garras del enemigo,
y celebraremos tu santo nombre
de generación en generación.