Salmo 95 (94)

Ojala escuchéis hoy
la voz del Señor.
Salmo de peregrinación.
Para escuchar.

Tema


Este salmo parece que lo cantaban cuando un grupo de peregrinos entraba en el templo de Jerusalén. Estamos en un ambiente de peregrinación: Rebosando de alegría, con gritos, exclamaciones, cantos, danzas y palmas. Manera hermosa para alabar al Señor. Así manifestaban su fe y su felicidad interior. Pero hay otra forma para alabar al Señor: postrado en adoración, arrodillado delante de Él (6), en silencio. Este salmo consta de dos partes. La primera (1-7a), es un himno, invita al pueblo a alabar al Señor. La segunda (7b-11), un sacerdote amonesta al pueblo a escuchar la palabra del Señor y a cumplir su voluntad. Las dos partes están bien concatenadas una a la otra: No existe una alabanza auténtica al Señor si no se escucha su palabra y se cumple su voluntad.
  1-7a: Himno
  1-2: Un sacerdote delante del templo invita al pueblo a alabar a Dios
  3-5: Alabar a Dios, porque es el creador del mundo: es superior a todos los demás dioses.
  6: Nueva invitación.
  7a: Alabar a Dios, porque es el Rey del pueblo de Israel.
  7b-11: Recordando las obras del pasado, un sacerdote da enseñanzas al pueblo de hoy.
  7b-9: Los pecados del pueblo de Israel en el desierto.
10-11: Los israelitas, por su corazón obstinado, no entraron en el descanso del Señor.

Salmo


  1 Venid, aclamemos al Señor,
     demos vítores a la roca que nos salva.

  2 Entremos en su presencia dándole gracias,
     vitoreándolo al son de instrumentos.

  3 Porque el Señor es un Dios grande,
     soberano de todos los dioses:

  4 tiene en su mano las simas de la tierra,
     son suyas las cumbres de los montes;

  5 suyo es el mar, porque él lo hizo,
     la tierra firme, que modelaron sus manos.

  6 Entrad, postrémonos por tierra,
     bendiciendo su nombre.

  7 Porque él es nuestro Dios
     y nosotros su pueblo
     el rebaño que él guía.
     Ojala escuchéis hoy su voz:

  8 «No endurezcáis el corazón como en Meribá,
     como el día de Masá en el desierto:

  9 cuando vuestros padres me pusieron a prueba
     y me tentaron, aunque habían visto mis obras».

10 Durante cuarenta años
     aquella generación me asqueó, y dije:
     «Es un pueblo de corazón extraviado,
     que no reconoce mi camino.

11 Por eso he jurado en mi cólera
     que no entrarán en mi descanso».

Palabras clave


- Alabanza: Aclamemos al Señor (1), demos vítores (1), entremos en su presencia dándole gracias (2),vitoreándolo al son de instrumentos (2), postrémonos por tierra (6), bendiciendo al Señor (6).
- Las obras de Dios: La roca que nos salva (1), tiene en sus manos las simas de la tierra (4), suyo es el mar porque él lo hizo (5), la tierra firme que modelaron sus manos (5), el rebaño que él guía (7).
- Maldad de Israel: Cuando me pusieron a prueba (9), me tentaron (9), corazón extraviado (10), me asqueó (10),no reconoce mi camino (10).

La luz del Nuevo Testamento


“Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha venido él a liberar a su pueblo, suscitándonos una fuerza salvadora en la casa de David su siervo” (Lc 1, 68-69).
“Dad gracias por todo sin cesar a Dios Padre por medio de nuestro Señor Jesucristo” (Ef 5, 20).
“Que ninguno de vosotros tenga un corazón dañado por la incredulidad, que lo haga desertar del Dios vivo; no, mientras resuena ese “hoy”, animaos unos a otros día tras día, para que ninguno se endurezca seducido por el pecado” (Heb 3, 12-13).
“No basta decirme:¡Señor, Señor!, para entrar en el Reino de Dios; no, hay que poner por obra la voluntad de mi Padre del cielo” (Mt 7, 21).

Oración


Dios Salvador nuestro.
Cada nuevo día que nos concedes
nos invita a alabarte
y a amar a todos.
No permitas que se endurezca nuestro corazón
al escuchar hoy tu palabra.
Por el contrario que cumplamos tus palabras,
y te alabemos con corazón entero,
para que un día entremos en el Reino de los cielos.