Salmo 89 (88)

No les retiraré mi favor.
Salmo real. Contiene también
himnos, súplica y mención de la alianza.

Tema


Los reyes que sucedieron a David han desaparecido, y parece que se ha perdido lo que Dios prometió a David. La misma alianza parece perdida. En esta situación, el salmista pretende robustecer la fe de los israelitas de su época. Para ello emplea tres temas. Primeramente, les recuerda a sus paisanos, el poder y la lealtad de Dios, por medio de un himno (2-19). Después les hace escuchar las palabras que dijo Dios a David y a su dinastía. Lo mismo que en la antigüedad, en la época del salmista se escucha el mensaje de Dios (20-38). Y finalmente, después de mencionar, lamentándolo, el hundimiento del trono de David, pide la ayuda de Dios a favor del rey (39-52). Parece que el salmista ha compuesto este salmo con fragmentos que ha recogido aquí y allá. Podemos dividirlo en tres secciones.
   2-19: Himno a Dios por sus obras admirables.
   2: Introducción: Dios siempre fiel.
   3-5: La Alianza hecha con David.
   6-9: Los ángeles y las estrellas del cielo, también reconocen la gloria de Dios.
 10-15: Soberanía de Dios creador.
 16-19: El cuidado que Dios tiene con su pueblo.
 20-38: La palabra que Dios dirigió a David y a sus sucesores. Habla Dios.
 20-22: Cuando Dios eligió a David.
 23-26: Le dará la victoria sobre el enemigo.
 27-30: Las relaciones especiales entre Dios y David.
 31-33: La sentencia de Dios contra los sucesores de David, si quebrantan la ley.
 39-52: Súplica a favor del rey recordando su hundimiento.
 39-46: La situación lamentable del rey.
 47-52: Súplica pidiendo ayuda para el rey.
 53: Final de la tercera sección del salmo.

Salmo


  2 Cantaré eternamente las misericordias del Señor,
     anunciaré tu fidelidad por todas las edades.

  3 Porque dije: “Tu misericordia es un edificio eterno,
     más que el cielo has afianzado tu fidelidad”.

  4 Sellé una alianza con mi elegido,
     jurando a David mi siervo:

  5 “Te fundaré un linaje perpetuo,
     edificaré tu trono para todas las edades”.

  6 El cielo proclama tus maravillas, Señor,
     y tu fidelidad, en la asamblea de los ángeles.

  7 ¿Quién sobre las nubes se compara a Dios?
     ¿Quién como el Señor entre los seres divinos?

  8 Dios es temible en el consejo de los ángeles,
     es grande y terrible para toda su corte.

  9 Señor de los ejércitos, ¿Quién como tú?
     El poder y la fidelidad te rodean.

10 Tú domeñas la soberbia del mar,
     y amansas la hinchazón del oleaje;

11 tú traspasaste y destrozaste a Rahab,
     tu brazo potente desbarató al enemigo;

12 tuyo es el cielo, tuya es la tierra,
     tú cimentaste el orbe y cuanto contiene;

13 tú has creado el norte y el sur,
     el Tabor y el Hermón aclaman tu nombre.

14 Tienes un brazo poderoso:
     fuerte es tu izquierda y alta tu derecha.

15 Justicia y Derecho sostienen tu trono,
     Misericordia y Fidelidad te preceden.

16 Dichoso el pueblo que sabe aclamarte:
     caminará, oh Señor, a la luz de tu rostro;

17 tu nombre es su gozo cada día,
     tu justicia es su orgullo.

18 Porque tú eres su honor y su fuerza,
     y con tu favor, realzas nuestro poder.

19 Porque el Señor es nuestro escudo
     y el santo de Israel, nuestro rey.

20 Un día hablaste en visión a tus amigos:
     «He ceñido la corona a un héroe,
      he levantado a un soldado sobre el pueblo:

21 encontré a David mi siervo
     y lo he ungido con óleo sagrado;

22 para que mi mano esté siempre con él
     y mi brazo lo haga valeroso.

23 No lo engañará el enemigo
     ni los malvados lo humillarán;

24 ante él desharé a sus adversarios
     y heriré a los que lo odian.

25 Mi fidelidad y misericordia lo acompañarán,
     por mi nombre crecerá su poder:

26 extenderé su izquierda hasta el mar
     y su derecha hasta el Gran Río.

27 El me invocará: “Tú eres mi padre,
     mi Dios, mi roca salvadora”,

28 y yo lo nombraré mi primogénito,
     excelso entre los reyes de la tierra.

29 Le mantendré eternamente mi favor
     y mi alianza con él será estable;

30 le daré una posteridad perpetua
     y un trono como el cielo.

31 Si sus hijos abandonan mi ley
     y no siguen mis mandamientos,

32 si profanan mis preceptos
     y no guardan mis mandatos,

33 castigaré con la vara sus pecados
     y a latigazos sus culpas.

34 Pero no les retiraré mi favor,
     ni desmentiré mi fidelidad,

35 no violaré mi alianza
     ni cambiaré mis promesas.

36 Una vez juré por mi santidad
     no faltar a mi palabra con David;

37 su linaje será perpetuo
     y su trono como el sol en mi presencia,

38 como la luna que siempre permanece:
     su solio será más firme que el cielo».

39 Pero tú, encolerizado con tu Ungido,
     los has rechazado y desechado;

40 has roto la alianza con tu siervo
     y has profanado hasta el suelo su corona;

41 has derribado sus murallas
     y derrocado sus fortalezas;

42 todo viandante la saquea,
     y es la burla de sus vecinos;

43 has sostenido la diestra de sus enemigos
     y has dado el triunfo a sus adversarios;

44 pero a él le has embotado la espada
     y no lo has confortado en la pelea;

45 has quebrado su cetro glorioso
     y has derribado su trono;

46 has cortado los días de su juventud
     y lo has cubierto de ignominia.

47 ¿Hasta cuándo, Señor, estarás escondido,
     y arderá como fuego tu cólera?

48 Recuerda, Señor, lo corta que es mi vida
     y lo caducos que has creado a los humanos.

49 ¿Quién vivirá sin ver la muerte,
     y quién sustraerá su vida a la garra del Abismo?

50 ¿Dónde está, Señor, tu antigua misericordia
     que por tu fidelidad juraste a David?

51 Acuérdate, Señor, de la afrenta de tus siervos:
     lo que tengo que aguantar de las naciones,

52 de cómo afrentan, Señor, tus enemigos
     de cómo afrentan las huellas de tu Ungido.

53 Bendito el Señor por siempre: Amén, amén.

Palabras clave


- Dios: Tu misericordia (2.15.25.50), favor (29.34) tu fidelidad (2.9.15.25.34.50), temible (8), grande y terrible (8), ¿quién como tú? (9), poder (9), nuestro escudo (19), nuestro rey (19).
- Reinado: Mi elegido (4), mi siervo (4. 40), he ceñido la corona a un héroe (20), lo he ungido con óleo sagrado (21), tu Ungido (39), trono (30.45).
- Súplica: Hasta cuándo, Señor, estarás escondido (47), dónde está, Señor, tu antigua misericordia (50), por tu fidelidad juraste a David (50), acuérdate de la afrenta de tus siervos (51).

La luz del Nuevo Testamento


“Será grande, se llamará Hijo del Altísimo y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; reinará para siempre en la casa de Jacob y su reinado no tendrá fin” (Lc 1, 32-33).
“Según lo prometido, Dios sacó de su descendencia un salvador para Israel, Jesús” (Hch 13, 23).
“Ninguna prueba os ha caído encima que salga de lo ordinario: fiel es Dios, y no permitirá él que la prueba supere vuestras fuerzas. No, para que sea posible resistir, con la prueba dará también la salida” (1 Cor 10, 13).

Oración


Dios poderoso y leal,
Cristo es tu Hijo Primogénito,
y su trono durará siempre.
Haz que su salvación alcance al mundo entero.
Castíganos, si quieres, por nuestros pecados,
pero no retires tu misericordia de nosotros,
y concédenos lucidez
para que podamos anunciar tu fidelidad
incluso en tiempos adversos,
por los siglos de los siglos