Salmo 81 (80)

Ojalá me escuchase
mi pueblo.
Salmo de peregrinación.
Celebración de la alianza.

Tema


Este salmo tiene dos secciones. En la primera sección (2-6a), invita al pueblo a alabar a Dios. Puede ser que se trate de una celebración de la fiesta de las tiendas. El pueblo entero tiene que celebrar con música y alegría esta fiesta. La segunda sección (7-17), Dios habla al pueblo por medio de un profeta. Al celebrar en familia esta fiesta de Pascua, los hijos preguntaban al padre qué significaban estas costumbres o ritos y el padre les contaba las obras admirables que Dios había realizado en la antigüedad. (Ex 12,26-28; 13, 14-15). Este salmo no trae tales preguntas, pero Dios les recuerda las obras admirables del pasado, para que tomen conciencia de su identidad y cumplan las prescripciones de la alianza. La felicidad del pueblo viene del cumplimiento del mandamiento de Dios, del cumplimiento de la alianza. Dios tutea a su pueblo, invitándole al diálogo.
    2-6a: Invitación al pueblo a alabar a Dios. La alegría tiene gran importancia en la celebración.
    6b-17:La palabra de Dios.
    7-8:   El acontecimiento de cuando Dios sacó a su pueblo de Egipto.
    9-11: Recuerdo de la alianza hecha en el monte    Sinaí.
  12-13: Israel no ha actuado con lealtad, y Dios lo  juzgará.
  14-17: Dios bendecirá copiosamente a su pueblo, si   responde con lealtad.

Salmo


  2 Aclamad a Dios, nuestra fuerza,
     dad vítores al Dios de Jacob:

  3 acompañad, tocad los panderos,
     las cítaras templadas y las arpas;

  4 tocad la trompeta por la luna nueva,
     por la luna llena, que es nuestra fiesta:

  5 porque es una ley de Israel,
     un precepto del Dios de Jacob,

  6 una norma establecida para José,
     al salir de Egipto.
     Oigo un lenguaje desconocido:

  7 Retiré sus hombros de la carga,
     y sus manos dejaron la espuerta,

  8 Clamaste en la aflicción, y te libré,
     te respondí oculto entre los truenos,
     te puse a prueba junto a la fuente de Meribá.

  9 Escucha, pueblo mío, doy testimonio contra ti,
     ojalá me escuchases, Israel:

10 «No tendrás un Dios extraño,
     no adorarás un dios extranjero,

11 yo soy el Señor Dios tuyo,
     que te saqué de Egipto.
     Abre la boca que te la llene».

12 Pero mi pueblo no escuchó mi voz,
     Israel no quiso obedecer:

13 los entregué a su corazón obstinado,
     para que anduviesen según sus antojos.

14 Ojalá me escuchase mi pueblo,
     y caminase Israel por mi camino:

15 en un momento humillaría a sus enemigos
     y volvería mi mano contra sus adversarios;

16 los que aborrecen al Señor te adularían,
     y su suerte quedaría fijada;

17 te alimentaría con flor de harina,
     te saciaría con miel silvestre.

Palabras clave


- Alabanza: Aclamad a Dios (2), dad vítores (2), tocad los panderos (3), las cítaras templadas (3), las arpas (3), tocad la trompeta (4).
- La alianza: Escuchad (9.12.14), pueblo mío (9), doy testimonio (9), no tendrás un dios extraño (10), no adorarás un dios extranjero (10), yo soy el Señor Dios tuyo (11), te saqué del país de Egipto (11), camine Israel por  mi camino  (14), en un momento humillaría a sus enemigos (15), te alimentaría con flor de harina (17).
- Los pecados del pueblo: Mi pueblo no escuchó mi voz (12), no quiso obedecer (12).

La luz del nuevo Testamento


“Ahora a celebrar la fiesta, pero no con levadura del pasado, no con levadura que es maldad y perversidad, sino con panes sin levadura, que son candor y autenticidad” (1 Cor 5, 8).
“Acercaos a mí todos los que estáis rendidos y abrumados, que yo os daré respiro. Mi yugo es llevadero y mi carga ligera” (Mt 11, 28-30).
“Cogiendo un pan, dio gracias, lo partió y se lo dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros; haced lo mismo en memoria mía. Después de cenar, hizo igual con la copa diciendo: Esta copa es la Nueva Alianza sellada con mi sangre, que se derrama por vosotros” (Lc 22, 19-20).
“Por nuestra parte, ya conocemos y creemos el amor que Dios nos tiene… Podemos amar nosotros porque él nos amó primero” (1 Jn 4, 16.19).

Oración


Dios, ayuda nuestra,
¡qué admirable es tu amor hacia nosotros!
¡Has renovado una y otra vez tus milagros,
hasta realizar la nueva alianza con nosotros
en la Sangre de Jesucristo!
Por obra del Espíritu Santo, dilata nuestro corazón
para que escuchemos y cumplamos
la Buena Noticia de Jesucristo.
Y descubramos que el yugo de Jesucristo
es suave y fuente de alegría para los hombres,
y entonces no seguiremos a otros dioses.