Salmo 68 (67)

Nuestro Dios,
es un Dios Salvador.
Salmo de alabanza. Colectivo.
De acción de gracias.

Tema


Este salmo celebra la grandeza de Dios que camina delante de su pueblo y el amor que tiene a todos los hombres. Parece que el salmista quiere cantar alguna acción salvadora de Dios que ha ocurrido en su época, dando gracias a Dios. Para esto, recuerda las maravillas realizadas por Dios a favor del pueblo, a lo largo de toda la historia, tal como acostumbraban los israelitas en sus celebraciones. De esta forma, uniendo acontecimientos salvadores antiguos y actuales, queda abierta la esperanza para el pueblo de cara al futuro. Este salmo nos sitúa contemplando la salvación que nos trae el Mesías. El contenido de su canto son los acontecimientos de su época, los de la antigüedad y los del futuro.
   2-7: La victoria que ha dado Dios a su pueblo en los días del salmista. La alegría de los israelitas y la derrota del enemigo.
   8-28: Recuerdo de la salvación en tiempos pasados.
   8-11: Los acontecimientos de la época de Moisés.
 12-15: Los de la época de Débora y Gedeón.
 16-19: Los de la época de David y Salomón.
 20-24: Los de la época de Elías, Eliseo y Jehú.
 25-28: Peregrinación al templo Jerusalén.
 29-36: Mirando al futuro: Buscando la victoria final absoluta.
 29-32: Oración a favor de los extranjeros para que vengan al Dios de Israel.
 33-36: Alabanza de todos los pueblos a Dios.

Salmo


  2 Se levanta Dios y se dispersan sus enemigos,
     huyen de su presencia los que lo odian;

  3 como el humo se disipan, se disipan ellos,
     como se derrite la cera ante el fuego,
     así perecen los impíos ante Dios.

  4 En cambio los justos se alegran,
     gozan en la presencia de Dios,
     rebosando de alegría.

  5 Cantad a Dios, tocad en su honor,
     alfombrad el camino del que avanza por el desierto,
     su nombre es el Señor:
     alegraos en su presencia.

  6 Padre de huérfanos, protector de viudas,
     Dios vive en su santa morada.

  7 Dios prepara casa a los desvalidos,
     libera a los cautivos y los enriquece,
     sólo los rebeldes
     se quedan en la tierra abrasada.

  8 Oh Dios, cuando salías al frente de tu pueblo
     y avanzabas por el desierto,

  9 la tierra tembló, el cielo destiló,
     ante Dios, el Dios del Sinaí,
     ante Dios, el Dios de Israel.

10 Derramaste en tu heredad, oh Dios, una lluvia copiosa,
     aliviaste la tierra extenuada;

11 y tú rebaño habitó en la tierra
     que tu bondad, oh Dios, preparó para los pobres.

12 El Señor pronuncia un oráculo,
     millares pregonan la alegre noticia:

13 “Los reyes, los ejércitos van huyendo, van huyendo,
     las mujeres reparten el botín.

14 Mientras reposabais en los apriscos,
     las palomas batieron sus alas de plata,
     el oro destellaba en sus plumas.

15 Mientras el Todopoderoso dispersaba a los reyes,
     a nieve bajaba sobre el Monte Umbrío”.

16 Las montañas de Basán son altísimas,
     las montañas de Basán son escarpadas:

17 ¿Por qué tenéis envidia, montañas escarpadas,
     del monte escogido por Dios para habitar,
     morada perpetua del Señor?

18 Los carros de Dios son miles y miles:
     Dios marcha del Sinaí al santuario.

19 Subiste a la cumbre llevando cautivos,
     te dieron tributos de hombres:
     incluso los que se resistían
     a que el Señor Dios tuviera una morada.

20 Bendito el Señor cada día,
     Dios lleva nuestras cargas, es nuestra salvación.

21 Nuestro Dios es un Dios que salva,
     el Señor Dios nos hace escapar de la muerte.

22 Dios aplasta las cabezas de sus enemigos,
     los cráneos de los malvados contumaces.

23 Dice el Señor: “Los traeré desde Basán,
     los traeré desde el fondo del mar;

24 teñirás tus pies en la sangre del enemigo,
     y los perros la lamerán con sus lenguas”.

25 Aparece tu cortejo, oh Dios,
     el cortejo de mi Dios, de mi Rey,
     hacia el santuario.

26 Al frente marchan los cantores,
     los últimos, los tocadores de arpa,
     en medio las muchachas van tocando panderos.

27 “En el bullicio de la fiesta bendecid a Dios,
     al Señor, estirpe de Israel”.

28 Va delante Benjamín el más pequeño,
     los príncipes de Judá con sus tropeles,
     los príncipes de Zabulón, los príncipes de Neftalí.

29 Oh Dios, despliega tu poder,
     tu poder, oh Dios, que actúa en favor nuestro.

30 A tu templo de Jerusalén
     traigan los reyes su tributo.
     Reprime a la Fiera del Cañaveral,
     al tropel de los Toros,
     a los novillos de los pueblos.
    Que se te rindan con lingotes de plata:
     dispersa las naciones belicosas.

32 Lleguen los magnates de Egipto,
     Etiopía extienda sus manos a Dios.

33 Reyes de la tierra, cantad a Dios,
     tocad para el Señor

34 que avanza por los cielos,
     los cielos antiquísimos,
     que lanza su voz su voz poderosa

35 «Reconoced el poder de Dios».
     Sobre Israel resplandece su majestad, y
     su poder, sobre las nubes.

36 Desde el santuario Dios impone reverencia:
     es el Dios de Israel
     quien da fuerza y poder a su pueblo.
     ¡Dios sea bendito!

Palabras clave


- Victoria de Dios: Se levanta Dios (2), padre de huérfanos (6), protector de viudas (6), prepara casa a los desvalidos (7), libera a los cautivos (7), aliviaste la tierra extenuada (10), llevando cautivos (19), el Señor Dios nos hace escapar de la muerte (21.
- La existencia delante de Dios: La tierra tembló (9), el cielo destiló ante Dios (9).
- Alabanza: Los justos se alegran (4), gozan en la presencia de Dios (4), rebosando de alegría (4), cantad a Dios (5), alegraos en su presencia (5), bendito el Señor cada día (20), en el bullicio de la fiesta bendecid a Dios (27), reyes de la tierra, cantad a Dios (33), tocad para el Señor (33), reconoced el poder de Dios (35).

La luz del Nuevo Testamento


“Y dicho esto, echó a andar delante de ellos, subiendo hacia Jerusalén” (Lc 19, 28).
“Por eso dice la Escritura: Subió a lo alto llevando cautivos, dio dones a los hombres. Ese subió supone necesariamente que había bajado antes a los profundo de la tierra; y fue el mismo que bajó quien subió por encima de los cielos para llenar el universo” (Ef 4, 8-10).
Demos gracias a Dios que nos da esta victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo” (1 Cor 15, 57.
“Cuando estábamos muertos por las culpas nos dio vida con Cristo –estáis salvados por pura generosidad-, con El nos resucitó y con El nos hizo sentar en el cielo” (Ef 2, 5-6).

Oración


Dios Salvador,
antiguamente guiaste a tu pueblo en el camino hacia Jerusalén.
Después, tu Hijo Jesucristo subió a Jerusalén,
para dar la vida a favor de toda la humanidad,
y subió al cielo llevando consigo a los cautivos.
Mira benignamente también hoy a tu iglesia;
somos caminantes y miramos hacia adelante.
Fortalece nuestra esperanza en la lucha de cada día,
y un día te alabaremos
en tu santo templo,
por los siglos de los siglos.