Salmo 64 (63)

El justo se alegra
con el Señor
Salmo de súplica. Individual.
De confianza.

Tema


Un justo a quien los enemigos tienen sumergido en la aflicción, acude a Dios pidiendo ayuda. Al instante, Dios sale a favor del justo, y éste se alegra en su interior, aunque la situación no haya cambiado totalmente. En este salmo se profetizaba con antelación la Pasión y Resurrección de Cristo, y unidos a Cristo lo rezamos también hoy, con gratitud y confianza.
  2-3: El salmista clama a Dios.
  4-7: Da cuenta de la acometida de los enemigos.
  8-9: El juicio de Dios contra los enemigos.
10-11: Ante ese juicio de Dios los justos se llenan de alegría y proclaman la salvación de Dios.

Salmo


  2 Escucha, oh Dios, la voz de mi lamento,
     protege mi vida del terrible enemigo;

  3 escóndeme de la conjura de los perversos,
     y del motín de los malhechores.

  4 Afilan sus lenguas como espadas,
     y disparan como flechas palabras venenosas,

  5 para herir a escondidas al inocente,
     para herirlo por sorpresa y sin riesgo.

  6 Se animan al delito,
     calculan cómo esconder trampas,
     y dicen: «¿Quién lo descubrirá?».

  7 Inventan maldades y ocultan sus invenciones,
     porque su mente y su corazón no tienen fondo.

  8 Pero Dios los acribilla a flechazos,
     por sorpresa los cubre de heridas;

  9 Su misma lengua los lleva a la ruina,
     y los que lo ven menean la cabeza.

10 Todo el mundo se atemoriza,
     proclama la obra de Dios,
     y medita sus acciones.

11 El justo se alegra con el Señor,
     se refugia en él,
     y se felicitan los rectos de corazón.

Palabras clave.


- Acometida del enemigo: Afilan sus lenguas como espadas (4), y disparan como flechas palabras venenosas (4), herir a escondidas al inocente (5), herirlo por sorpresa (5).
- El juicio de Dios: Los acribilla a flechazos (8), por sorpresa los cubre de heridas (8), su misma lengua los lleva a la ruina (9).
- Proceder del justo: Proclama la obra de Dios (10), medita sus acciones (10), se alegra con el Señor (11), se refugia en El (11).

La luz del Nuevo Testamento


“Le daban bofetadas diciendo: Adivina, Mesías, ¿Quién te ha pegado?” (Mt 26, 68).
“Así también los sumos sacerdotes, en compañía de los letrados y los senadores, bromeaban” (Mt 27, 41).
“El Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su siervo Jesús, al que vosotros entregasteis y rechazasteis ante Pilato, cuando había decidido soltarlo” (Hch 3,13).
“En el mundo tendréis apreturas, pero, ánimo, que yo he vencido al mundo” (Jn 16,33).

Oración


Oh Dios Todopoderoso,
a los judíos que maltrataron y crucificaron a Jesús
les diste una respuesta admirable, resucitándolo.
Por tu gran amor,
también hoy sal en defensa de tu Iglesia.
Cuídanos del alboroto de los malvados,
y proclamaremos tus obras admirables;
y que algún día, lejos de las acometidas de los enemigos,
podamos alcanzar en Ti el gozo pleno.