Salmo 6

El Señor ha escuchado
mi súplica.
Súplica individual. Salmo penitencial

Tema


Un enfermo, manifiesta su interioridad a Dios pidiendo misericordia. El salmista no menciona su pecado, pero acoge toda su desgracia como consecuencia del pecado. Le parece lógico el castigo de Dios, aunque le dice que no le castigue en su cólera.
2-4: El salmista suplica a Dios, manifestándole su desgracia.
5-6: Apoya su súplica en el amor de Dios. Además, esta curación, contribuirá al ensalzamiento de Dios.
7-8: El salmista da cuenta de su desgracia.
9-10: Habla como si hubiera obtenido ya la curación: tan seguro está que lo va a conseguir, y fortalecido en la oración, no tiene miedo a los enemigos.

Salmo


   2 Señor, no me corrijas con ira,
      no me castigues con cólera.

   3 Misericordia, Señor, que desfallezco,
      cura, Señor, mis huesos dislocados.

   4 Tengo el alma en delirio,
      y tú, Señor, ¿hasta cuándo?

   5 Vuélvete, Señor, liberta mi alma,
      sálvame, por tu misericordia:

   6 porque en el reino de la muerte nadie te invoca,
      y en el Abismo ¿Quién te alabará?

   7 Estoy agotado de gemir,
      de noche lloro sobre el lecho,
      riego mi cama con lágrimas.

   8 Mis ojos se consumen, irritados,
      envejecen por tantas contradicciones.

   9 Apartaos de mí los malvados,
      porque el Señor ha escuchado mis sollozos;

 10 el Señor ha escuchado mi súplica,
      el Señor ha aceptado mi oración.

 11 Que la vergüenza abrume a mis enemigos,
      que avergonzados huyan al momento.

Palabras clave


- Desgracia: Desfallezco (3), mis huesos dislocados (3), tengo el ama en delirio (4), agotado (7), gemir (7), lágrimas (7), lloro (7), contradicciones (8), mis ojos se consumen (8), irritados (8), mis sollozos (9).
- Oración: Misericordia (3), ha escuchado mi súplica (9), ha aceptado mi oración (9).
- Salud: No me corrijas (2), no me castigues (2), cura mis huesos (3), liberta mi alma (5), sálvame (5).

La luz del Nuevo testamento


“Ahora me siento agitado; ¿le pido al Padre que saque me de esta hora? ¡Pero si para esto he venido, para esta hora! ¡Padre, glorifica tu nombre!” (Jn 12, 27-28).
“Si somos hijos, somos también herederos: herederos de Dios, coherederos con Cristo; y el compartir sus sufrimientos es señal de que compartiremos también su gloria” (Rom 8, 17).
“Haceos solidarios de las necesidades de los consagrados. Con los que están alegres, alegraos; con los que lloran, llorad” (Rom 12, 13. 15).

Oración


Dios misericordioso,
en tu mano está la muerte y la vida.
Ten en cuenta las penalidades de tu Hijo,
y mira los males de nuestra Iglesia de hoy.
Ven a curarnos y perdona nuestros pecados.
Renueva nuestra vida
en la resurrección de tu Hijo.