Salmo 57 (56)


Me refugio
a la sombra de tus alas.
Salmo de súplica. Individual.
De confianza y agradecido.

Tema


Uno que se encuentra rodeado de enemigos y en grave peligro, desea la protección de Dios. Menciona “la sombra de sus alas” (2), y parece que se ha refugiado en el templo de noche, junto al arca de la alianza, cerca de los querubines. Desea que el Dios justo le haga justicia contra los enemigos (6). Tiene plena confianza de que Dios escuchará su petición, y antes del amanecer le canta la acción de gracias. Este salmo es la voz de Cristo y es la voz de cada uno de nosotros.
  2-3: Invocación a Dios.
  4-5: El salmista da cuenta de su grave situación, pidiendo ayuda a Dios.
  6: Ya que es un juez justo, le pide a Dios que se levante a hacer justicia:
  7: Dios ya ha sentenciado a los enemigos: les ha venido a ellos lo que querían para los demás.
  8-11: Acción de gracias.
12: La misma expresión (6), pero en situación distinta: El Dios que ha liberado al salmista, es dueño del cielo y de la tierra.

Salmo


  2 Misericordia, Dios mío, misericordia,
     que mi alma se refugia en ti;
     me refugio a la sombra de tus alas
     mientras pasa la calamidad.

  3 Invoco al Dios altísimo,
     al Dios que hace tanto por mí.

  4 Desde el cielo me enviará la salvación,
     confundirá a los que ansían matarme,
     enviará su gracia y su lealtad.

  5 Estoy echado entre leones
     devoradores de hombres;
     sus dientes son lanzas y flechas,
     su lengua es una espada afilada.

  6 Elévate sobre el cielo, Dios mío,
     y llene la tierra tu gloria.

  7 Han tendido una red a mis pasos,
     para que sucumbiera;
     me han cavado delante una fosa,
     pero han caído en ella.

  8 Mi corazón está firme, Dios mío,
     mi corazón está firme.
     Voy a cantar y a tocar:

  9 despierta, gloria mía;
     despertad cítara y arpa
     despertaré a la aurora.

10 Te daré gracias ante los pueblos, Señor
     tocaré para ti ante las naciones:

11 por tu bondad que es más grande que los cielos,
     por tu fidelidad que alcanza a las nubes.

12 Elévate sobre el cielo, Dios mío,
     y llene la tierra tu gloria.

Palabras clave


- Súplica: Misericordia, Dios mío, misericordia (2), invoco al Dios altísimo (3), desde el cielo me enviará (4), elévate sobre el cielo (6.12), llene la tierra tu gloria (6.12).
- Peligro: Calamidad (2), echado entre leones (5), devoradores de hombres (5), sus dientes son lanzas y flechas (5), su lengua una espada afilada (5), red (7), caer (7).
- Acción de gracias: Mi corazón está firme (8), voy a cantar y tocar (8.10), despierta, gloria mía (9), despertad cítara y arpa (9), despertaré a la aurora (9), te daré gracias (10).

La luz del Nuevo Testamento


“Cristo, en los días de su vida mortal, ofreció oraciones y súplicas, a gritos y con lágrimas, al que podía salvarlo de la muerte; y Dios lo escuchó” (Heb 5, 7).
“Un discípulo no es más que su maestro” (Mt 10, 24).
“...Dando gracias con alegría al Padre, que os ha hecho dignos de tener parte en la herencia de los consagrados, en la luz. Porque él nos sacó del dominio de las tinieblas para trasladarnos al reino de su Hijo querido” (Col 1, 12-13).
“Llegue tu reinado” (Mt 6, 10).

Oración


Gracias a ti, Dios leal,
porque en Jesucristo
nos has enviado tu gracia y tu lealtad.
Sabes bien que en este mundo
los hombres de hoy
andamos atrapándonos unos a otros.
Manifiéstate también hoy victorioso entre nosotros,
extiende por toda la tierra tu hermosura,
y venga tu reino entre nosotros.