Salmo 44 (43)

Tú los amabas.
Salmo de súplica. Colectivo.

Tema


El pueblo de Israel se encuentra en una situación angustiosa: Parece que Dios le ha dejado de la mano. Pero lo que se aprecia en este salmo no es resignación sino una gran esperanza. El pueblo recuerda la fidelidad que Dios le prometió al hacer la alianza. Dios no se echa atrás. En este salmo se manifiesta el amor mutuo y la amistad entrañable, desde el principio hasta el fin, entre Dios y su pueblo. Aún las frases más duras se entienden bien en esta línea de amistad. También hoy hemos de rezar este salmo, adorando y acogiendo a Dios de corazón.
  2-9: Esta sección recuerda lo que realizó Dios en la antigüedad a favor de su pueblo. También en las desgracias de ahora, el pueblo tiene plena confianza en Dios.
10-17: Describe la aflicción actual.
18-23: El pueblo ha actuado con fidelidad a Dios. Por consiguiente ¿por qué esta desgracia?
24-27: Súplica a Dios recordando su amor.

Salmo


  2 Oh Dios, nuestros oídos lo oyeron,
     nuestros padres nos lo han contado:
     la obra que realizaste en sus días,
     en los años remotos.

  3 Tú mismo con tu mano desposeíste a los gentiles,
     y los plantaste a ellos;
     trituraste a las naciones,
     y los hiciste crecer a ellos.

  4 Porque no fue su espada la que ocupó la tierra,
     ni su brazo el que les dio la victoria;
     sino tu diestra y tu brazo y la luz de tu rostro,
     porque tú los amabas.

  5 Mi rey y mi Dios eres tú,
    que das la victoria a Jacob.

  6 Con tu auxilio embestimos al enemigo,
     en tu nombre pisoteamos al agresor:

  7 pues yo no confío en mi arco,
     ni mi espada me da la victoria;

  8 tú nos das la victoria sobre el enemigo,
     y derrotas a nuestros adversarios.

  9 Dios ha sido siempre nuestro orgullo,
     y siempre damos gracias a tu nombre.

10 Ahora en cambio, nos rechazas y nos avergüenzas,
     y ya no sales, Señor, con nuestras tropas:

11 nos haces retroceder ante el enemigo,
     y nuestro adversario nos saquea;

12 nos entregas como ovejas a la matanza,
     y nos has dispersado por las naciones.

13 Vendes a tu pueblo por nada,
     no lo tasas muy alto.

14 Nos haces el escarnio de nuestros vecinos,
     irrisión y burla de los que nos rodean.

15 Nos has hecho el refrán de los gentiles,
     nos hacen muecas las naciones.

16 Tengo siempre delante mi deshonra,
     y la vergüenza me cubre la cara,

17 al oír insultos e injurias,
     al ver a mi rival y a mi enemigo.

18 Todo esto nos viene encima,
     sin haberte olvidado,
     ni haber violado tu alianza,

19 sin que se volviera atrás nuestro corazón
     ni se desviaran de tu camino nuestros pasos;

20 y tú nos arrojaste a un lugar de chacales,
     y nos cubriste de tinieblas.

21 Si hubiéramos olvidado el nombre de nuestro Dios
     y extendido las manos a un Dios extraño,

22 el Señor lo habría averiguado,
     pues él penetra los secretos del corazón.

23 Por tu causa nos degüellan cada día,
     nos tratan como a ovejas de matanza.

24 Despierta, Señor, ¿por qué duermes?
     levántate, no nos rechaces más.

25 ¿Por qué nos escondes tu rostro
     y olvidas nuestra desgracia y opresión?

26 Nuestro aliento se hunde en el polvo,
     nuestro vientre está pegado al suelo.

27 Levántate a socorrernos,
     redímenos con tu misericordia.

Palabras clave


- La aflicción del pueblo: Nos rechazas (10), nos avergüenzas (10), nos haces retroceder ante el enemigo 11), nos entregas como a ovejas a la matanza (12), vendes a tu pueblo por nada (13), escarnio de nuestros vecinos (14), nos degüellan cada día (23), nos tratan como a ovejas de matanza (23), nuestro aliento se hunde en el polvo (26), el vientre pegado al suelo (26).
- Súplica: Levántate, Señor (24.27), despierta (24), no nos rechaces (24), socórrenos (27), redímenos por tu misericordia (27).

La luz del Nuevo Testamento


“Jesucristo se entregó por nosotros, para rescatarnos de toda clase de maldad y purificarse un pueblo elegido” (Tit 2, 14).
“Cuando el mundo os odie, tened presente que primero me ha odiado a mí” (Jn 15, 18).
“¿Quién podrá separarnos del amor de Cristo? ¿Dificultades, angustias, persecuciones, hambre, desnudez, peligros, espada? Pero todo eso lo superamos de sobra gracias al que nos amó” (Rom 8, 35.37).

Oración


Dios bueno,
en todas las épocas has hecho maravillas
a favor de tu pueblo porque lo amabas.
Escucha también hoy el clamor
de este pueblo tuyo que se encuentra en la aflicción.
No escondas tu rostro,
socórrenos,
líbranos con tu amor.