Salmo 37 (36)

Sea el Señor tu delicia.
Salmo sapiencial.
Con enseñanza.

Tema


Da qué pensar el ver a los hombres malvados que viven en la abundancia y en la felicidad. Al igual que ahora, así sucedía cuando se escribió este salmo. Un sabio anciano que ha visto mucho, nos manifiesta su experiencia (v. 25). Para hacerse dueño de la tierra, alcanzar fama, conseguir un futuro feliz, no sirven de nada los bienes de este mundo, sino lo que vale es la lealtad y rectitud de corazón. Dios está trabajando en la historia de este mundo y en El deben poner los justos toda su confianza. Este salmo debe orarse a la luz de las bienaventuranzas del Evangelio, y puede ser fuente de alegría y luz de esperanza para todas las generaciones.
  1-9: El justo no debe mirar con envidia al malvado, sino vivir haciendo el bien.
10-15: Los malvados no tiene futuro.
16-26: El futuro dichoso lo concede el Señor.
27-33: Los que se portan con lealtad con Dios obtendrán la felicidad.
34-40: Invitación a confiar en Dios.

Salmo


  1  No te exasperes por los malvados,
      no envidies a los que obran mal:

  2  se secarán pronto, como la hierba,
      como el césped verde se agostarán.

  3  Confía en el Señor y haz el bien,
      habita tu tierra y practica la lealtad;

  4  sea el Señor tu delicia,
      y él te dará lo que pide tu corazón.

  5  Encomienda tu camino al Señor,
      confía en él, y él actuará:

  6  hará tu justicia como el amanecer,
      tu derecho, como el mediodía.

  7  Descansa en el Señor y espera en él,
      no te exasperes por el hombre que triunfa
      empleando la intriga;

  8  cohíbe la ira, reprime el coraje,
      no te exasperes, no sea que obres mal;

  9  porque los que obran mal son excluidos,
      pero los que esperan en el Señor poseerán la tierra.

10  Aguarda un momento: desapareció el malvado;
      fíjate en su sitio: ya no está;

11  en cambio los sufridos poseen la tierra
      y disfrutan de paz abundante.

12  El malvado intriga contra el justo,
      rechina sus dientes contra él;

13  pero el Señor se ríe de él,
      porque ve que le llega la hora.

14  Los malvados desenvainan la espada,
      asestan el arco,
      para abatir a pobres y humildes,
      para asesinar a los honrados;

15  pero su espada les atravesará el corazón,
      sus arcos se romperán.

16  Mejor es ser honrado con poco
      que ser malvado en la opulencia;

17  pues al malvado se le romperán los brazos,
      pero al honrado lo sostiene el Señor.

18  El Señor vela por los días de los buenos,
      y su herencia durará siempre;

19  no se agostarán en tiempo de sequía,
      en tiempo de hambre se saciarán;

20  pero los malvados perecerán,
      los enemigos del Señor
      se marchitarán como la belleza de un prado,
      en humo se disiparán.

21  El malvado pide prestado y no devuelve,
      el justo se compadece y perdona.

22  Los que el Señor bendice poseen la tierra,
      los que él maldice son excluidos.

23  El Señor asegura los pasos del hombre,
      se complace en sus caminos;

24  si tropieza, no caerá,
      porque el Señor lo tiene de la mano.

25  Fui joven, ya soy viejo:
      nunca he visto a un justo abandonado
      ni a su linaje mendigando el pan.

26  A diario se compadece y da prestado,
      bendita será su descendencia.

27  Apártate del mal, haz el bien,
      y siempre tendrás una casa;

28  porque el Señor ama la justicia
      y no abandona a sus fieles.
      Los inicuos son exterminados,
      la estirpe de los malvados se extinguirá;

29  pero los justos poseen la tierra,
      la habitarán por siempre jamás.

30  La boca del justo expone la sabiduría,
      su lengua explica el derecho:

31  porque lleva en el corazón la ley de su Dios,
      y sus pasos no vacilan.

32  El malvado expía al justo
      e intenta darle muerte;

33  pero el Señor no lo entrega en sus manos,
      no deja que lo condenen en el juicio.

34  Confía en el Señor, sigue su camino:
      él te levantará a poseer la tierra,
      y verás la expulsión de los malvados.

35  Vi a un malvado que se jactaba,
      que prosperaba como un cedro frondoso;

36  volví a pasar, y ya no estaba,
      lo busqué, y no lo encontré.

37  Observa al honrado, fíjate en el bueno:
      su porvenir es la paz;

38  los impíos serán totalmente aniquilados,
      y el porvenir de los malvados quedará truncado.

39  El Señor es quien salva a los justos,
      él es su alcázar en el peligro;

40  el Señor los protege y los libra,
      los libra de los malvados y los salva,
      porque se acogen a él.

Palabras clave


- Los malos: Los que obran mal (1. 8. 9), emplean la intriga (7), malvado (1. 10 .12. 14. 16.17. 20. 21. 28. 32. 34 35. 38. 40), los impíos (38), los enemigos del Señor (20), inicuos (28).
- Los buenos: Los sufridos (11), los buenos (18. 37),  pobres y humildes (14), los honrados (14.16.17. 37), los que el Señor bendice (22), justo (12. 21. 25. 29. 30. 32. 39), fieles (28).
- Con Dios: Confía en el Señor (3. 5. 34), espera en el Señor (7.9), sea el Señor tu delicia (4), encomienda tu camino al Señor (5), descansa en el Señor (7), lleva la ley de Dios en su corazón (31), sigue el camino del Señor (34), se acoge al Señor (40).
- La salvación de Dios: Te dará lo que pide tu corazón (4), hará tu justicia como el amanecer (6), tu derecho como el mediodía (6), poseen la tierra (9.11.22.29.34), disfrutan de paz abundante (11), el Señor lo tiene de la mano (17. 24), el Señor vela por los días de los buenos (18), no deja que lo condenen en el juicio (33), el Señor salva a los justos (39), es su alcázar en el peligro (39), el Señor los protege y los libra (40), los libra de los malvados (40), los salva (40).

La luz del Nuevo Testamento


“¡Había puesto en Dios su confianza! Si de verdad lo quiere Dios, que lo libre ahora” (Mt 27, 43).
“Venid, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo” (Mt 25, 34).
“Dichosos los afligidos, porque serán consolados. Dichosos los no violentos, porque heredarán la tierra” (Mt 5, 4-5).
“El mundo pasa y su codicia también. En cambio el que cumple la voluntad de Dios permanece para siempre” (1 Jn 2, 17).

Oración


Señor Jesús,
Tú has dicho: «Dichosos los mansos,
porque ellos heredarán la tierra».
Concédenos esperar en el Padre del cielo como Tú;
otórganos paciencia,
y que no tengamos desavenencias con los malhechores,
y después de pasar por este mundo haciendo el bien,
alcancemos un día
la felicidad de entrar para siempre en el Reino.