Salmo 32 (31)

Tú perdonaste
mi culpa y mi pecado.
Salmo de acción de gracias. Individual.
Corazón arrepentido y perdón de los pecados.

Tema


Alguien a quien Dios ha perdonado el pecado manifiesta con gratitud su felicidad y su dicha interior. Desea comunicar cómo ha sido su experiencia en lo referente al pecado y al perdón. Dios con su mano admirable lo ha conducido al buen camino: Por el castigo le ha manifestado el pecado, y así lo ha conducido a la liberación. Pero esa libertad interior le ha concedido el perdón de Dios y no su esfuerzo personal.
Es un salmo muy adecuado para preparar la confesión.
  1-2: Introducción: Resumen de todo el salmo. El perdón de los pecados proporciona felicidad.
  3-4: Tormento que ha vivido bajo el peso del pecado.
  5: La confesión del pecado y el perdón.
  6-7: Reflexión de tipo sapiencial: El fiel deposita su confianza en Dios, y Dios le saca de la angustia y le llena de gozo.
  8-9: La palabra de Dios con enseñanza para los pecadores.
10: Reflexión atenta de un hombre referente a dos caminos: Para los pecadores muchas angustias, para los buenos el amor de Dios.
11: Final en ambiente de liturgia.

Salmo


  1 Dichoso el que está absuelto de su culpa,
     ha quien le han sepultado su pecado;

  2 Dichoso el hombre a quien el Señor
     no le apunta el delito.

  3 Mientras callé se consumían mis huesos,
     rugiendo todo el día,

  4 porque día y noche tu mano
     pesaba sobre mí;
     mi savia se me había vuelto
     un fruto seco.

  5 Había pecado, lo reconocí,
     no te encubrí mi delito;
     propuse: “Confesaré al Señor mi culpa”,
     y tú perdonaste mi culpa y mi pecado.

  6 Por eso, que todo fiel te suplique
     en el momento de la desgracia:
     la crecida de las aguas caudalosas
     no lo alcanzará.

  7 Tú eres mi refugio: me libras del peligro,
     me rodeas de cantos de liberación.

  8 Te instruiré y te enseñaré el camino que has de seguir,
      fijaré en ti mis ojos.

  9 No seáis irracionales como caballos y mulos:
     cuyo brío hay que domar con freno y brida,
     si no, no puedes acercarte.

10 Los malvados sufren muchas penas;
     al que confía en el Señor,
     la misericordia lo rodea.

11 Alegraos, justos, y gozar con el Señor,
     aclamadlo, los de corazón sincero.

Palabras clave


- El peso del pecado: Mientras callé (3), se consumían mis huesos (3), rugiendo todo el día (3), tu mano pesaba sobre mi (4), mi savia se me había vuelto un fruto seco (4).
- El perdón: Absuelto de su culpa (1), sepultado su pecado (1),no le apunta el delito (2), confesaré al Señor (5), tú perdonaste mi culpa y mi pecado (5).
- Felicidad: Dichoso (1.2), me rodeas de cantos de liberación (7), la misericordia lo rodea (10), alegraos y gozad (11), aclamadlo (11).

La luz del Nuevo Testamento


“A este, que no hace el trabajo, pero se fía de aquel que rehabilita al culpable, esa fe le vale la rehabilitación. En esa línea llama también David dichoso al hombre a quien Dios le hace valer la rehabilitación” (Rm 4, 5-6).
“Cuando aún estábamos sin fuerzas, entonces, en su momento, Cristo murió por los culpables” (Rm 5,6).
“Tampoco yo te condeno. Vete y en adelante no vuelvas a pecar” (Jn 8, 11).
“Celebremos un banquete, porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a vivir, se había perdido y se le ha encontrado” (Lc 15, 24).

Oración


Jesucristo, Señor y Salvador Nuestro,
viniste a buscar y salvar
al que estaba perdido.
Conocemos la maldad de nuestro delito,
y te confesamos nuestro pecado.
Perdona nuestra maldad.
Envuélvenos con tu libertad,
y concédenos la dicha de tu perdón.