Salmo 29 (28)

En su templo
un grito unánime: ¡Gloria!
Salmo de alabanza.

Tema


Este salmista ama sinceramente la naturaleza, y sabe descubrir en las fuerzas de la naturaleza las huellas de Dios. En la violenta tempestad, su fe le muestra la grandeza y la fuerza de Dios. El oído y los ojos los tiene activos tratando de profundizar en esta grandeza de Dios. Ha escuchado con el oído la palabra de Dios, es decir el trueno o ruido de la tormenta. De la misma forma contempla con sus ojos, la sacudida que da a la naturaleza la palabra de Dios. Desea manifestar su experiencia interior de alguna forma.
  1-2: Invita a los ángeles o a los moradores próximos de Dios a alabar a Dios. El salmista a través de esta introducción, indica cuál ha de ser nuestra actitud interior para leer la siguiente sección: alabando a Dios
  3-9: La tormenta, manifestación de Dios.
  3-4: La tormenta en el agua, lejos.
  5-6: La tormenta al norte de Palestina, cerca
  7-9: La tormenta en el desierto del sur.
10-11: Llamada al pueblo de Israel, para que a través de esta experiencia mantenga su confianza en Dios. Dios está por encima de todo.

Salmo


  1 Hijos de Dios, aclamad al Señor,
     aclamad la gloria y el poder del  Señor,

  2 aclamad la gloria del nombre del Señor,
     postraos ante el Señor en el atrio sagrado.

  3 La voz del Señor sobre las aguas,
     el Dios de la gloria ha tronado,
     el Señor sobre las aguas torrenciales.

  4 La voz del Señor es potente,
     la voz del Señor es  magnífica,

  5 la voz del Señor descuaja los cedros
     el Señor descuaja los cedros del Líbano.

  6 Hace brincar al Líbano como a un novillo,
     al Sarión como a una cría de búfalo.

  7 La voz del Señor lanza llamas de fuego,

  8 la voz del Señor sacude el desierto,
     el Señor sacude el desierto de Cadés.

  9 La voz del Señor retuerce los robles,
     el Señor descorteza las selvas,
     En su templo un grito unánime: ¡Gloria!

10 El Señor se sienta por encima del aguacero,
     el Señor se sienta como rey eterno.

11 El Señor da fuerza a su pueblo,
     el Señor bendice a su pueblo con la paz.

Palabras clave


- Alabanza: Aclamad al Señor (1), aclamad la gloria y el poder del Señor (1), aclamad la gloria del nombre del Señor (2), postraos ante el Señor (2).
- Naturaleza: Sobre las aguas (3), ha tronado (3), descuaja los cedros (5), llamas de fuego (7), desierto (8), robles (9), selva (9).
- La fuerza de la palabra de Dios: Potente (4), descuaja (5), hace brincar (6), lanza llamas de fuego (7), sacude (8), retuerce (9), descorteza (9).

La luz del Nuevo Testamento


“La Palabra se hizo carne, acampo entre nosotros y contemplamos su gloria: gloria de Hijo único del Padre, lleno de amor y lealtad” (Jn 1, 14).
“Se oyó una voz del cielo: Este es mi Hijo amado, mi predilecto” (Mt 3, 17).
“La palabra de Dios es viva y enérgica, más tajante que espada de dos filos, penetra hasta la unión de alma y espíritu, de órganos y médula, juzga sentimientos y pensamientos. No hay criatura que escape de su mirada, todo está desnudo y vulnerable a sus ojos, y ella es a quien habremos de dar cuenta” (Heb 4, 12-13).

Oración


Dios poderoso y misericordioso,
te alabamos
porque nos has manifestado tu grandeza
en la fuerza de la naturaleza,
y en el Jordán, en la Palabra dirigida a tu Hijo,
nos has manifestado tu voluntad.
Que siempre nos mantengamos atentos a tu Palabra,
tanto en la naturaleza
como en el Evangelio de tu Hijo.
Bendice a tu pueblo
y dale la paz verdadera.