Salmo 17 (16)


Muestra las maravillas
de tu misericordia, Señor.
Salmo de súplica. Individual.
De confianza.


Tema


Un justo inocente acude a Dios, suplicándole que le libere del mal y del dominio de los malvados. Espera el juicio de Dios contra los acusadores. Tiene plena confianza en Dios que lo sabe todo. La acometida de los enemigos no le separa de Dios.
1-2: Llamada y súplica a Dios.
3-5: El salmista confiesa su inocencia. Esta actitud le viene de caminar por las sendas de Dios.
6-9: Súplica de nuevo: que le libere de los enemigos. Hermosas imágenes  para manifestar la protección de Dios: las niñas de tus ojos, la sombra de tus alas.
10-12: Habla de los enemigos por medio de la imagen de las fieras.
13-15: Súplica llena de confianza. Los enemigos tienen su dicha en los bienes de la tierra. Pero el salmista no tiene otro gozo fuera del vivir en amistad con Dios. Aquí aparece la riqueza interior del salmista: El vivir en amistad con Dios lo llena de alegría y no tiene intención de negar jamás ese gozo.

Salmo


  1 Señor, escucha mi apelación,
     atiende a mis clamores,
     presta oído a mi súplica,
     que en mis labios no hay engaño:


  2 emane de ti la sentencia,
     miren tus ojos la rectitud.


  3 Aunque sondees mi corazón,
     visitándolo de noche,
     aunque me pruebes al fuego
     no encontraras malicia en mí.


  4 Mi boca no ha faltado
     como suelen los hombres;
     según tus mandatos yo me he mantenido
     en la senda establecida.


  5 Mis pies estuvieron firmes en tus caminos,
     y no vacilaron mis pasos.


  6 Yo te invoco porque tú me respondes, Dios mío,
     inclina el oído y escucha mis palabras.


  7 Muestra las maravillas de tu misericordia,
     tú que salvas de los adversarios
     a quien se refugia a tu derecha.


  8 Guárdame como a las niñas de tus ojos,
     a la sombra de tus alas escóndeme


  9 de los malvados que me asaltan,
     del enemigo mortal que me cerca.


10 Han cerrado sus entrañas
     y hablan con boca arrogante,


11 ya me rodean sus pasos,
     se hacen señas con los ojos para derribarme,


12 como un león, ávido de presa,
     como un cachorro agazapado en su escondrijo.


13 Levántate, Señor, hazle frente, doblégalo;
     que tu espada me libre del malvado,


14 y tu mano, Señor, de los mortales;
     mortales de este mundo: sea su lote esta vida;
     de tu despensa les llenarás el vientre,
     se saciarán sus hijos
     y dejarán a sus pequeños lo que sobra.


15 Pero yo con mi apelación vengo a tu presencia
     y al despertar me saciaré de tu semblante.


Palabras clave


- Súplica: Escucha (1), atiende (1), presta oído (1), mi clamor (1), apelación (1), inclina el oído (6), escucha mis palabras (6).
- Enemigos: Me asaltan (9), malvados (9), me cercan (9), cierran sus entrañas (10), hablan con boca arrogante (10), me rodean sus pasos (11), señas con los ojos (11), como león (12), como cachorro agazapado (12).
- Juicio de Dios: Emane de ti la sentencia (2), miren tus ojos la rectitud (2), aunque sondees mi corazón (3), aunque me pruebes a fuego (3), levántate (13).
- Salvación: Tú que salvas (7), muestras las maravillas de tu misericordia (7), guárdame como a las niñas de tus ojos (8), a la sombra de tus alas escóndeme (8), me libre del malvado (13), me saciaré de tu semblante (15).

La luz del Nuevo Testamento


“Al que no tenía que ver con el pecado, por nosotros lo cargó con el pecado, para que nosotros, por su medio, obtuviéramos la rehabilitación de Dios” (2 Cor 5, 21).
“Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados” (Mt 5, 6).
“En la ciudad estará el trono de Dios y del Cordero y sus servidores le prestarán servicio, lo verán cara a cara y llevarán su nombre en la frente” (Ap 22, 4).
“No os amoldéis a este mundo, sino dejaos transformar por la nueva mentalidad, para ser vosotros capaces de distinguir lo que es voluntad de Dios” (Rom 12, 2).

Oración


Dios justo y eterno,
escuchaste a tu Hijo Jesucristo
cuando clamó a ti en la pasión,
y le resucitaste haciendo justicia.
Guarda a tu Iglesia, como a las niñas de tus ojos
cuando es atacada.
Muéstranos las maravillas de tu misericordia,
y sácianos un día con la luz de tu semblante.