Salmo 148

Alabad el nombre del Señor.
Salmo de alabanza.


Tema


El salmista invita a todas las criaturas a alabar a Dios, y la misma invitación a la alabanza, la convierte en oración de alabanza. Divide las criaturas en dos secciones: las del cielo (1-6), y las de la tierra (7-13).
El salmista vive asombrado de la grandeza de Dios, y el fuego interior le lleva a alabar a Dios. En esta oración de alabanza que brota de su interior, acoge con él a todos los seres del mundo. Les da su inteligencia y su corazón para que alaben a Dios. Une a la naturaleza y a los hombres en su oración. Este salmo trae la primera sección del libro del Génesis convertida en alabanza. Tiene gran semejanza con Daniel 3, 57-90. La llamada que hace a las criaturas puede distribuirse de la siguiente forma:
  1-4: Las criaturas del cielo
  5-6: Le deben alabanza a Dios porque han sido creadas por él.
  7-10: Las criaturas de la tierra.
11-13: A los hombres de cualquier edad y condición.
14: El hombre es el que ha recibido mayormente el amor de Dios, y por eso está más obligado a darle gracias. Y entre los hombres, Israel.

Salmo


  1 ¡Aleluya!
     Alabad al Señor en el cielo,
     alabad al Señor en lo alto;


  2 alabadlo, todos sus ángeles,
     alabadlo, todos sus ejércitos;


  3 alabadlo, sol y luna,
     alabadlo, estrellas lucientes;


  4 alabadlo, espacios celestes,
     y aguas que cuelgan en el cielo.


  5 Alaben el nombre del Señor,
     porque él lo mandó, y existieron;
  6 les dio consistencia perpetua,
     y una ley que no pasará.


  7 Alabad al Señor en la tierra,
     cetáceos y abismos del mar;


  8 rayos, granizo, nieve y bruma,
     viento huracanado que cumple sus órdenes;


  9 montes y todas las sierras,
     árboles frutales y cedros;


10 fieras y animales domésticos,
     reptiles y pájaros que vuelan.


11 Reyes y pueblos del orbe,
     príncipes y jefes del mundo;


12 los jóvenes y también las doncellas,
     los viejos junto con los niños.


13 Alaben el nombre del Señor,
     el único nombre sublime.


14 Su majestad sobre el cielo y la tierra;
     él acrece el vigor de su pueblo.
     Alabanza de todos sus fieles
     de Israel, su pueblo escogido.
     ¡Aleluya!


Palabras clave


- Las obras de Dios: El lo mandó, y existieron (5), les dio consistencia perpetua (6), acrece el vigor de su pueblo (14).
- Alabanza: Alabar (1.2.3.4.5.7.14).


La luz del Nuevo Testamento


“Revelándonos su designio secreto, conforme al querer y proyecto que él tenía para llevar la historia a su plenitud: hacer la unidad del universo por medio del Mesías, de lo terrestre y lo celeste. Por Él hizo de nosotros su heredad… Fuisteis sellados con el Espíritu Santo prometido, garantía de nuestra herencia, para liberación de su patrimonio, para himno de su gloria” (Ef 1, 9-11.14).
“Gloria a Dios en el cielo” (Lc 2,14).
“Jesucristo es  Señor para gloria de Dios Padre” (Flp 2, 11).
“¡Al que está sentado en el trono y al Cordero, la alabanza, el honor, la gloria y el poder por los siglos de los siglos!” (Ap 5, 13).


Oración


Te alabamos, Señor, creador de cielo y tierra.
Cuando llegó el tiempo,
reuniste en tu amado Hijo
todas las cosas del cielo y las de la tierra,
y en Él nos has concedido ser tus hijos
para alabanza de tu gloria.
Suba hasta Ti nuestra alabanza
 y acción de gracias.