Salmo 145 (144)

Grande es el Señor,
merece toda alabanza.
Salmo de alabanza.

Tema



Este salmo nos trae la oración de un creyente que ha descubierto la obra maravillosa de Dios. Después de haber descubierto esas obras, reflexiona amorosamente en su interior y derrama su corazón ante el Señor, alabándole y dándole gracias. También hoy necesitamos dar esos mismos pasos del salmista para transformar este salmo en oración.
   1-2: El salmista siente en su interior la sed o la necesidad de alabar al Señor.
   3-20: Por qué el Señor es digno de alabanza: recuerda su modo de ser y su obra.
   3-7: La grandeza del Señor, su lealtad de corazón y su bondad, lo conocen todas las generaciones y lo transmiten de una a otra.
  La misericordia y el amor de Dios.
 10-13a: Además de los hombres, la creación entera debe alabar la excelencia de Dios.
 13b-16: La Excelencia de Dios y su cuidado esmerado, se manifiesta  sobre todo con los que se encuentran en la angustia y la  impotencia.
 17-20: Con los justos es bueno, pero con los malos empleará el castigo.
 21: Fue este canto de alabanza lo acoja la humanidad entera.

Salmo



  1 Te ensalzaré, Dios mío, mi Rey,
     bendeciré tu nombre por siempre Jamás.

  2 Día tras día te bendeciré
     y alabaré tu nombre por siempre Jamás

  3 Grande es el Señor, y merece toda alabanza,
     es incalculable su grandeza.

  4 Una generación pondera tus obras a la otra,
     y le cuenta tus hazañas;

  5 alaban ellos la gloria de tu majestad,
     y yo repito tus maravillas;

  6 encarecen ellos tus temibles proezas,
     y yo narro tus grandes acciones;

  7 difunden la memoria de tu inmensa bondad,
     y aclaman tus victorias.

  8 El Señor es clemente y misericordioso,
     lento a la cólera y rico en piedad;

  9 El Señor es bueno con todos,
     es cariñoso con todas sus criaturas.

10 Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,
     que te bendigan tus fieles;

11 que proclamen la gloria de tu reinado,
     que hablen de tus hazañas;

12 explicando tus hazañas a los hombres,
     la gloria y majestad de tu reinado.

13 Tu reinado es un reinado perpetuo,
     tu gobierno va de edad en edad.
     El Señor es fiel a sus palabras,
     bondadoso en todas sus acciones.

14 El Señor sostiene a los que van a caer,
     endereza a los que ya se doblan.

15 Los ojos de todos te están aguardando,
     tú les das la comida a su tiempo;

16 abres tu la mano,
     y sacias de favores a todo viviente.

17 El Señor es justo en todos sus caminos,
     es bondadoso en todas sus acciones;

18 cerca está el Señor de los que lo invocan,
     de los que lo invocan sinceramente.

19 Satisface los deseos de sus fieles,
     escucha sus gritos, y los salva.

20 El Señor guarda a los que lo aman,
     pero destruye a los malvados.

21 Pronuncie mi boca la alabanza del Señor,
     todo viviente bendiga su santo nombre,
     por siempre jamás.

Palabras clave



- Dios: Dios (1), merece toda alabanza (3), su grandeza (3), tu inmensidad (7), tu bondad (7), clemente (8), misericordioso (8), lento a la cólera (8), rico en piedad (8), bueno (9)
- Las obras de Dios: Tus maravillas (5), grandes acciones (6), tus hazañas (4), tu gobierno va de edad en edad (13).
- La salvación de Dios: Sostiene a los que van a caer (14),endereza a los que ya se doblan (14), cerca está el Señor de los que lo invocan (18), los salva (18), los guarda (18).
- Alabanza: Alabad (1.2), bendecid (2).

La luz del Nuevo Testamento



“Padre, ha llegado la hora, glorifica a tu Hijo para que tu Hijo te glorifique a ti, Yo te he glorificado en la tierra llevado a cabo la obra que me encomendaste” (Jn 17, 1.4).
“Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador” (Lc 1, 46-47).
“Tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único” (Jn 3, 16).
“Desplegó esa eficacia con el Mesías, resucitándolo y sentándolo a su derecha en el cielo” (Ef 1, 20).
“¡Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que en el cielo, en la persona de Cristo, nos concedió toda bendición del Espíritu!” (Ef 1, 3).

 

Oración



Señor, recordamos tu obra de salvación,
desde nuestros antepasados
hasta hoy; pero sobretodo
lo que realizaste con María y Jesús.
¡Señor, eres grande y digno de alabanza!
Concédenos por medio de tu Espíritu
una mirada atenta para descubrir
cada día con mayor claridad
tus obras admirables,
y un corazón dilatado
para alabarte cada vez más