Salmo 129 (128)

Cuánta guerra me han hecho
desde mi juventud,
pero no pudieron conmigo
.
Salmo de confianza. Colectivo.
El décimo de los salmos de subida.


Tema


El núcleo de este salmo se puede resumir en dos palabras: Aflicción y confianza. El salmista hace hablar al pueblo. El pueblo, en el transcurso de su historia  ha sufrido mucho. Pero Dios no lo ha abandonado bajo la opresión de los enemigos. En este salmo vemos al pueblo de Israel lleno de esperanza. Mira con alegría al futuro. Es un salmo adecuado para dar vigor a la esperanza de los peregrinos. Este salmo lo tenemos que orar recordando la vida de Cristo en su Pasión y Resurrección, unidos a toda la Iglesia que va madurando en medio de dificultades.
1-4: El pueblo de Israel, en su historia, desde los inicios en Egipto, ha soportado muchas luchas. Pero la clave de su vida ha sido la justicia de Dios (4).
5-8ab: El pueblo pide a Dios justicia contra los enemigos.
8c: La bendición del sacerdote a los peregrinos.

Salmo


1 Cuánta guerra me han hecho desde mi juventud
   - que lo diga Israel -,

2 cuánta guerra me han hecho desde mi juventud,
   pero no pudieron conmigo.

3 En mis espaldas metieron el arado
   y alargaron los surcos.

4 Pero el Señor, que es justo, rompió
   las coyundas de los malvados.

5 Retrocedan, avergonzados,
   los que odian a Sión;

6 sean como la hierba del tejado,
   que se seca y nadie la siega:

7 que no llena la mano del segador
   ni la brazada del que agavilla;

8 ni le dicen los que pasan:
   «Que el Señor te bendiga».
   Os bendecimos en el nombre del Señor.


Palabras clave


- Aflicciones del pueblo: Cuánta guerra me han hecho (1.2), en mis espaldas metieron el arado (3), alargaron los surcos (3).
- La victoria de Dios: Rompió las coyundas de los malvados (4).
- Derrota de los enemigos: Retrocedan avergonzados (5), sean como la hierba del tejado (6), que se seca y nadie la siega (6).


La luz del Nuevo Testamento


“Ya han muerto los que intentaban acabar con el niño” (Mt 2, 20).
“Este Hombre tiene que padecer mucho; tiene que ser rechazado por los senadores, sumos sacerdotes y letrados, ser ejecutado y resucitar a los tres días” (Mc 8, 31).
“Sed cautos con la gente, porque os llevarán a los tribunales, os azotarán en las sinagogas. Todos os odiarán por causa mía; pero quien resista hasta el final se salvará”(Mt 10, 17.22).


Oración


Dios Salvador nuestro,
Tú ves nuestros cansancios y adversidades:
Tampoco los ahorraste a Jesús de Nazaret;
pero resucitándolo de entre los muertos
rompiste las coyundas de los malvados.
Te rogamos que también hoy
los que viven bajo la opresión de los enemigos
descubran en su interior la luz victoriosa
de Jesús Resucitado.