Salmo 116, 1-9 (114)

Alma mía, recobra tu calma,
que el Señor fue bueno contigo.
Salmo de acción de gracias.


Tema


En este salmo tenemos una oración de acción de gracias de un pobre a quien Dios ha sacado de su angustia. Este pobre ama de verdad a Dios (1), y manifiesta un interior rico al dar gracias a Dios. En principio, este salmo habría sido la oración de un hombre individual, pero después, al emplearlo en la liturgia, pasó a ser la oración de todo el pueblo de Israel. Así ha pasado a pertenecer al grupo de los salmos “Hallel” para celebrar la lealtad de Dios para con los pobres. Un salmo para recitarlo unidos a Jesucristo a quien el Padre ha resucitado de entre los muertos.
1-2: Expone desde el principio el amor que tiene hacia Dios, porque ha escuchado su súplica.
3-4: Da cuenta de su situación angustiosa: ha estado en peligro de muerte.
5-6: Manifiesta la manera en que actúa Dios con los humildes, porque es bueno y justo.
7-9: La lealtad y la dicha futura del salmista: Porque vivirá con Dios.

Salmo


1 Amo al Señor, porque escucha
   mi voz suplicante;
 
2 porque inclina su oído hacia mí,
   el día que lo invoco.
 
3 Me envolvían redes de muerte,
   me alcanzaron los lazos del Abismo,
   caí en tristeza y angustia.
 
4 Invoqué el nombre del Señor:
   «Señor, salva mi vida».

5 El Señor es benigno y justo,
   nuestro Dios es compasivo;

6 el Señor guarda a los sencillos:
   estando yo sin fuerzas me salvó.

7 Alma mía, recobra tu calma,
   que el Señor fue bueno contigo:

8 arrancó mi alma de la muerte,
   mis ojos de las lágrimas,
   mis pies de la caída.

9 Caminaré en presencia del Señor,
    en el país de la vida.

Palabras clave


- Súplica: Escucha mi voz suplicante (1), el día que lo invoco (2), invoqué el nombre del Señor (4).
- Aflicción: Me envolvían redes de muerte (3), me alcanzaron los lazos del Abismo (3), caí en tristeza y angustia (3).
- Salvación: El Señor guarda a los sencillos (6), me salvó (6), el Señor fue bueno contigo (7), arrancó mi alma de la muerte (8), mis ojos de las lágrimas (8), mis pies de la caída (8).

La luz del Nuevo Testamento


“Cantaron los salmos y salieron al monte de los Olivos” (Mt 26, 30).
“Os he dicho estas cosas para que gracias a mí tengáis paz. En el mundo tendréis apreturas, pero, ánimo, que yo he vencido al mundo” (Jn 16, 33).
“Tenemos que pasar mucho para entrar en el Reino de Dios” (Hch 14, 22).

Oración


Oh Dios salvador nuestro,
a Ti dirigimos
la acción de gracias de toda la Iglesia.
Tantas y tantas veces has escuchado, en tu lealtad,
la oración silenciosa de los pobres y afligidos.
Derrama también hoy
tu serenidad y tu paz a nuestros corazones.