Salmo 115 (113 b)

Nuestro Dios está en el cielo,
lo que quiere lo hace.
Salmo de confianza.
 Acción de gracias.

Tema


Parece un salmo compuesto para la celebración litúrgica. Es el tercero del grupo “Hallel”. Los Israelitas, a lo largo de su historia, en repetidas ocasiones, debieron sufrir las burlas de los extranjeros: “¿Dónde está tu Dios?” Los israelitas, reunidos, renuevan su confianza en Dios. Los dioses de los extranjeros, a través de sus imágenes se hacen visibles. En cambio el Dios de Israel no. Pero el pueblo confía plenamente en Dios a quien no puede ver con los ojos: “Todo lo que quiere lo hace” (11). Los israelitas recitaban este salmo, después de la cena Pascual, contra los ídolos de los pueblos extranjeros, recordando las luchas que tuvieron en el transcurso de la historia.
  9 (1): Todo el pueblo ora a Dios: La derrota de Israel pone en peligro la gloria de Dios ante los demás pueblos. Dios no puede dejar de la mano a su pueblo.
10-11 (2-3): Las burlas de los extranjeros contra Dios (10), y la confesión de fe de los israelitas (11). Confiesan la omnipotencia de Dios. No se ve a Dios, pero hace todo lo que quiere.
12-16 (4-8): Afirman que las imágenes de Dios de los extranjeros no tienen poder. Son visibles pero carecen de fuerza. La impotencia de estas imágenes es absoluta.
17-19 (9-11): Los israelitas tienen plena confianza en Dios. Tres veces repiten la misma expresión. Parece que primero dice uno (17a. 18a. 19a) y los demás repiten, en la celebración litúrgica (17b. 18b. 19b).
20-24 (12-16): La bendición de los sacerdotes: A la confesión de fe del pueblo, Dios responde con una bendición.
25-26 (17-18): Final. Alabanza y acción de Gracias a Dios.

Salmo


  9 (1) No a nosotros, Señor, no a nosotros,
     sino a tu nombre da la gloria:
     por tu bondad, por tu lealtad.

10 (2) ¿Por qué han de decir las naciones:
     «Dónde está su Dios»?

11 (3) Nuestro Dios está en el cielo,
     lo que quiere lo hace.

12 (4) Sus ídolos, en cambio, son plata y oro,
     hechura de manos humanas:

13 (5) tienen boca y no hablan,
     tienen ojos y no ven,

14 (6) tienen orejas y no oyen,
     tienen nariz y no huelen,

15 (7) tienen manos y no tocan,
     tienen pies y no andan,
     no tiene voz su garganta.

16 (8) Que sean igual los que los hacen,
     cuantos confían en ellos.

17 (9) Israel confía en el Señor,
     él es su auxilio y escudo;

18 (10)  la casa de Aarón confía en el Señor:
     él es su auxilio y escudo;

19 (11)  los fieles del Señor confían en el Señor:
     él es su auxilio y escudo.

20 (12)  Que el Señor se acuerde de nosotros y nos bendiga,
     bendiga a la casa de Israel,
     bendiga a la casa de Aarón;

21 (13)  bendiga a los fieles del Señor,
     pequeños y grandes.

22 (14)  Que el Señor os acreciente,
     a vosotros y a vuestros hijos;

23 (15)  benditos seáis del Señor,
     que hizo el cielo y la tierra.

24 (16)  El cielo pertenece al Señor,
     la tierra se la ha dado a los hombres.

25 (17)  Los muertos ya no alaban al Señor,
     ni los que bajan al silencio.

26 (18)  Nosotros sí, bendeciremos al Señor,
     ahora y por siempre.
     ¡Aleluya!

Palabras clave


- El poder de Dios: Lo que quiere lo hace (11), Se acuerde de nosotros (20), os acreciente (22).
- Ídolos  de los extranjeros: Hechura de manos humanas (12), no hablan (13), no ven (13), no oyen (14), no huelen (14), no tocan (15), no andan (15), no tiene voz su garganta (15),
- Confianza de los Israelitas: Confianza en Dios (17.18.19), él es su auxilio y su escudo (17.18.19).

La luz del Nuevo Testamento


“¿Son compatibles el templo de Dios y los ídolos? Porque nosotros somos templo de Dios vivo, así lo dijo él: Habitaré y caminaré con ellos, seré su Dios y ellos serán mi pueblo. Por eso salid de en medio de esa gente. Apartaos, dice el Señor, no toquéis lo impuro y yo os acogeré. Seré un padre para vosotros y vosotros para mí hijos e hijas, dice el Señor soberano de todo” (2 Cor 6, 16-18).
“Ellos mismos, hablando de nosotros, cuentan qué acogida nos hicisteis, cómo abandonando los ídolos convertisteis a Dios para servir al Dios vivo y verdadero” (1 Tes 1, 9).
“Señor, y ¿a quién vamos a acudir? En tus palabras hay vida eterna” (Jn 6,68).

Oración


Señor, a Ti gloria y alabanza,
¡Oh Dios, leal y bondadoso!
Por medio de Jesucristo,
nos has alejado de la inconsistencia de los dioses falsos,
y nos has dado a conocer tu Misterio.
Bendícenos también hoy en tu bondad,
porque solamente en ti
hemos puesto nuestra confianza.